La primavera llegó con intensidad a la provincia de Mendoza y, esta semana, los pronósticos prevén máximas superiores a los 30°C. De acuerdo con el pronóstico de la Dirección de Contingencias Climáticas, los días serán soleados y con buen tiempo, pero se debe reforzar la importancia de la hidratación para evitar sufrir golpes de calor.
La DCC estima que este viernes 10, la amplitud térmica se achicará, con temperaturas entre los 30°C y 16°C. Ante este panorama, se aconseja tomar las precauciones necesarias y prestar especial atención a bebés, niños y adultos mayores.
Qué es el golpe de calor y por qué es importante hidratarse
El agotamiento y golpe de calor son trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o el esfuerzo físico intenso. En estas situaciones, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura.
El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor y la temperatura del cuerpo alcanza los 40° C o más.
Entre las medidas a tener en cuenta, se aconseja beber abundante agua durante todo el día, evitar el ejercicio físico al aire libre en horas de sol intenso y permanecer en lugares frescos.
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La ingesta calculada de la población sana es entre 2 y 2,5 litros sumando bebidas y alimentos.
Foto: Cristian Lozano
La ingesta calculada de la población sana es entre 2 y 2,5 litros sumando bebidas y alimentos. La sed no es una alerta eficaz para una hidratación suficiente, ya que la sensación de sed aparece cuando ya se ha perdido el 1% a 2% del peso en agua.
Teniendo en cuenta que la mejor fuente de ingesta es el agua potable y pura, su ingesta diariano debería ser menor a las dos terceras partes de la recomendación diaria de agua, es decir, aproximadamente un litro y medio. Asimismo, es importante evitar el consumo de bebidas alcohólicas o muy dulces e infusiones calientes; usar ropa suelta, de materiales livianos y colores claros y protegerse del sol con sombrero o gorra.
Cuáles son los síntomas del golpe de calor
Ante la presencia de varios síntomas, se debe consultar con un profesional de la salud y tomar conductas activas. El agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor y hay que reconocerlo para prevenir una situación más grave. Las señales son las siguientes:
Sudoración excesiva;
Piel pálida y fresca;
Sensación de calor sofocante;
Sed intensa y sequedad en la boca;
Calambres musculares;
Agotamiento, cansancio o debilidad;
Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos;
Dolores de cabeza;
Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños);
Mareos o desmayos.
Cuando el cuadro de golpe de calor se agrava, la temperatura corporal puede ascender a 39°C o 40°C (medida en la axila), e incluso superar esa cifra. Además, por el hecho de que se agota la transpiración, la piel se torna roja, caliente y seca; el individuo puede comenzar a sentir un dolor palpitante de cabeza; la respiración y la frecuencia cardíaca se aceleran y pueden producirse convulsiones. En los bebés, puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina).
Hay que prestar especial atención a bebés, niños y adultos mayores durante los días de extremo calor.
Foto: Cristian Lozano
Asimismo, de acuerdo con lo informado por el Ministerio de Salud provincial, las personas que sufren un golpe de calor también pueden sentir alteración del estado mental y del comportamiento, como vértigo, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
Recomendaciones para los grupos de riesgo
Las personas mayores de 65 años, los niños y quienes padecen enfermedades crónicas (respiratorias, cardíacas, hipertensión arterial, diabetes y obesidad) deberán extremar los cuidados para evitar sufrir un golpe de calor o, en caso de padecerlo, que su cuadro no se agrave.
Para lactantes y niños pequeños:
Dar el pecho a los lactantes con más frecuencia;
Hacer que beban agua fresca y segura;
Trasladarse a lugares frescos y ventilados;
Ducharse o mojarse el cuerpo con agua fresca;
Qué hacer ante un niño con agotamiento por calor:
Además de las recomendaciones anteriores, se sugiere:
Desvestirlo (exponer el cuerpo al fresco);
Que esté quieto y descanse;
Consultar con su pediatra o un centro de salud;
Darle de beber agua si está consciente.
Qué no hacer:
No administrar medicamentos antifebriles;
No friccionar la piel con alcohol, porque causa intoxicación.
Adultos mayores y personas con enfermedades crónicas:
Tomar abundante agua, al menos 2 litros diarios y con frecuencia, aunque no se sienta sed;
Evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día;
Cubrir la cabeza con sombrero o gorra y vestirse con ropa ligera, de colores claros;
Usar anteojos para protegerse del sol;
Recomendaciones generales:
En caso de tener que salir a la calle, caminar en lo posible por la sombra;
Darse un baño diario, preferentemente en forma de ducha o bien refrescarse con paños húmedos;
Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas;
Evitar el alcohol, las bebidas con cafeína y las comidas calientes;
Dentro de la casa, quedarse en la sala más fresca;
En caso de vivir solo, tratar de mantenerse en contacto con alguien cercano;
Si se siente malestar por el calor, se sugiere pedir ayuda. Si, además, aparecen síntomas como dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas, vómitos o mareos, consultar con urgencia al médico;