En Mendoza el agua es un recurso escaso, por eso es importante aprender a cuidarla desde edades tempranas. Un tesoro a plena vista que une y desafía, que enseña y es vital para las personas y las tierras áridas de la provincia cuyana.
En el marco del Mes del Agua y del Día Provincial del Agua, la DGE pone a disposición materiales y actividades para trabajar en el aula el valor del recurso más importante de Mendoza.
En Mendoza el agua es un recurso escaso, por eso es importante aprender a cuidarla desde edades tempranas. Un tesoro a plena vista que une y desafía, que enseña y es vital para las personas y las tierras áridas de la provincia cuyana.
Desde hace más de una década, noviembre fue declarado como el Mes del Agua, a través de la Ley Provincial 8629 de Ciudadanía del Agua. Una iniciativa que busca fortalecer la conciencia ambiental y fomentar su uso responsable.
Además, el 20 se conmemora el Día Provincial del Agua, como recordatorio vigente de la sanción de la histórica Ley de Aguas de 1884, una norma que todavía regula la administración y distribución del recurso hídrico mendocino.
La Dirección General de Escuelas (DGE) se suma aportando una amplia variedad de materiales para que los estudiantes utilicen tanto dentro como fuera del aula.
Videos, infografías, propuestas didácticas y documentos descargables están “sobre la mesa” para investigar, interactuar y reflexionar sobre el ciclo del agua, su uso responsable y las acciones que cada ciudadano puede incorporar para preservarla.
El vínculo de Mendoza con el agua tiene raíces profundas, ya que en 1815, José de San Martín, entonces gobernador de Cuyo, supo leer la importancia vital del recurso para el desarrollo y crecimiento de la provincia.
Como estratega, visionario y administrador ejemplar, organizó la administración del agua mediante un “bando”, como se denominaba a las normas que emitía desde su puesto, que regulaba la mensura de las fincas y determinaba criterios equitativos para su uso y distribución.
A más de dos siglos de ese momento, su legado está más vigente que nunca: el agua tenía que ser gestionada con justicia, transparencia y solidaridad, tres pilares sobre los que se sostiene el sistema hídrico actual.
Cada acequia, río y canal es un reflejo de la mirada panorámica y adelantada del prócer, que entendió al agua como una necesidad, pero también como un factor de progreso y convivencia.
Festejar el Mes del Agua es una invitación y una oportunidad para que alumnos, docentes, familias y la comunidad en conjunto refresquen conocimientos y se involucren en el cuidado de un bien común.
¿Cómo? Participando de proyectos, charlas, lecturas y acciones que promuevan la educación ambiental y el compromiso ciudadano.

