En un mundo donde las desigualdades sociales persisten, el deporte emerge como una poderosa herramienta para tender puentes y fomentar la inclusión. No se trata solo de la actividad física o la competencia, sino de un espacio donde valores como la cooperación, el respeto y la solidaridad se cultivan de forma natural.
Para profundizar en esta perspectiva, Johana Estrella y Diego Piozzini, directores técnicos de las categorías infantiles de la Fundación Amigos por el Deporte (FADEP), la escuela deportiva del exarquero de la Selección Argentina, Sebastián Torrico, ubicada en Maipú, dieron testimonio del trabajo que realizan semanalmente con niños de diversos contextos sociales.
"Hoy la formación y la educación de los menores se ven afectadas, en muchos casos por el uso de tecnología, y volver a las fuentes como son los clubes y las escuelas de fútbol es muy importante", afirmó. Para él, el fútbol infantil es mucho más que un juego; es un espacio para transmitir valores fundamentales.
Desde la humildad de un "buen día" o "gracias" hasta el gesto de "sacarse el buzo y dárselo al nene que está al lado y tiene frío", cada interacción en el campo de juego es una oportunidad de aprendizaje.
"Hay un montón de valores que en el fútbol infantil los profesores tenemos que transmitirles a los chicos porque de eso se trata, en gran parte, este deporte", explica Diego, dejando claro que la competitividad siempre tendrá su lugar, pero la formación personal es la prioridad.
3 de setiembre de 2025, La importancia del deporte como herramienta de inclusión social, predio deportivo FADEP
En FaDEP, más allá de lo competitivo, la formación personal es una prioridad.
Foto: Cristian Lozano
En FADEP, esta filosofía es un pilar fundamental. "Desde FADEP tenemos una bajada de línea de los coordinadores y del presidente, Sebastián Torrico, de trabajar con la inclusión, el desarrollo motriz y el sentido de pertenencia", destacó Piozzini.
El objetivo es que cada chico, sin importar su origen, se sienta parte del club. Para lograrlo, todos reciben el mismo trato, juegan al mismo tiempo y se los hace sentir valorados.
Un desafío personal y colectivo
El trabajo con niños requiere una aproximación personalizada. "Uno trata de conocer al niño, qué virtudes y defectos trae, y desde ese punto uno trata de buscar la motivación", señaló el técnico.
El desafío más grande para él es que todos los chicos, sin importar si "vienen con la mejor ropa, o con la que les conseguimos nosotros", se sientan iguales y en casa. "Cuando uno logra eso ha superado el desafío", concluyó. Su meta es simple, pero profunda: "mimarlos por igual, incluso, retarlos por igual".
3 de setiembre de 2025, La importancia del deporte como herramienta de inclusión social, predio deportivo FADEP
Diego Piozzini y Johana Estrella, técnicos de las categorías más chicas de FADEP.
Foto: Cristian Lozano
Fútbol y emoción: una escuela de vida mutua
Johana, además, resaltó que el foco principal está en el desarrollo emocional de los pequeños. "Los ayudamos a enfrentar ciertos desafíos que no solo les surgen en lo deportivo, sino en la vida misma", aseguró.
La conexión con los chicos es tan fuerte que la enseñanza es un camino de doble vía. "Disfruto mucho cada instante que paso con ellos, como profe aprendo mucho de ellos y contagian mucho su inocencia", confesó.
3 de setiembre de 2025, La importancia del deporte como herramienta de inclusión social, predio deportivo FADEP
Johana Estrella junto a sus alumnos.
Foto: Cristian Lozano
Para ambos, el fútbol es un juego, una lección, una escuela de vida. Es el lugar donde las diferencias se desvanecen, donde el trabajo en equipo construye un futuro y donde la pelota, que une a millones de personas en Argentina y el mundo, se convierte en el vehículo perfecto para la inclusión social.
Diego y Johana son solo dos de los muchos profesionales que, con su trabajo y dedicación, demuestran que el deporte es mucho más que una actividad física.