Cada 20 de noviembre Mendoza celebra el Día Provincial del Agua. La fecha se eligió porque en 1984 se sancionó la Ley de Aguas que regula la administración y distribución del recurso hídrico en la provincia. El superintendente general de Irrigación,Sergio Marinelli, analizó los desafíos locales actuales y futuros de la gestión.
El objetivo de la fecha es trabajar en la concientización de los ciudadanos de la provincia de Mendoza en el cuidado y manejo del agua, como también promover el buen uso con actividades educativas y culturales.
Manejo del agua: un sistema que ya no funciona como antes
El funcionario recordó que la administración del agua en Mendoza se sostiene sobre un equilibrio delicado: la nieve acumulada en la montaña, la escorrentía que aumenta en verano y los embalses que funcionan como amortiguadores cuando se inicia la temporada agrícola —la que más consume— y la demanda supera a los aportes naturales.
Sin embargo, ese esquema histórico enfrenta tensiones crecientes. “Lo que hacemos desde los embalses hacia abajo está cambiando. Antes repartíamos el agua como venía; ahora necesitamos distribuir de manera continua y adaptada a las necesidades reales de los cultivos”, señaló. Para eso, subrayó, es indispensable conocer la demanda con precisión, algo que se complejiza en zonas donde conviven áreas rurales y urbanas, como ocurre en el Gran Mendoza.
A ese escenario se suman nuevos factores: redes de riego pensadas para un uso agrícola que deben convivir con ciudades consolidadas, desagües pluviales que descargan sobre cauces no preparados y la impermeabilización del suelo urbano que genera caudales inesperados. “Hay problemas nuevos que requieren nuevas preguntas y no viejas soluciones”, remarcó.
"¿Qué va a pasar hacia el 2050, 2030, 2040? Bueno, menos agua, más temperatura, por lo tanto, mayor demanda y más gente con mayor demanda de alimentos", indicó. Frente a ese escenario, insistió en que Mendoza necesita planificar con visión de largo plazo y tomar decisiones basadas en datos, ordenamiento territorial y criterios ambientales.
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El cuidado del agua se basa en evitar el derroche y la contaminación.
El Plan Hídrico Provincial y la planificación por cuencas
Marinelli confirmó que Irrigación trabaja para concluir a principios de 2026 el Plan Hídrico Provincial, un instrumento estratégico previsto por la Ley de Ordenamiento Territorial. “Apunta a dar directrices para no tener problemas con la brecha entre oferta y demanda”, explicó.
A la vez, el organismo avanza en planes hídricos por cuenca. El más complejo es el del río Mendoza, por la gran concentración poblacional, la actividad industrial, la turística en alta montaña y la fragilidad de zonas como el piedemonte y el cinturón verde. También advirtió sobre el incipiente problema de contaminación en el río Tunuyán debido a sistemas cloacales no resueltos.
"Son problemas ambientales que tienen que ser resueltos, tiene que ordenarse el territorio", indicó. Además, planteó la necesidad de ajustar los planes de desarrollo territorial municipales o avanzar hacia un plan metropolitano común.
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Sergio Marinelli, superintendente general de Irrigación.
Foto: Yemel Fil
Universidad, municipios y sociedad: un enfoque participativo
El superintendente contó que invitó a la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) para participar de este proceso técnico mediante un doctorado en el que participan equipos de Ciencias Agrarias, Geografía, Derecho y Ciencias Económicas. La casa de altos estudios colaborará en el análisis técnico, el valor económico del agua y la evaluación ambiental estratégica.
Además, los planes por cuenca incluirán instancias de participación ciudadana. “Todos los sectores deben involucrarse: cámaras empresariales, productores, organizaciones ambientales, ganaderos”, expresó.
El rol de los ciudadanos en el cuidado del agua
Para Marinelli, el cuidado del agua se resume en dos principios: ser eficientes en el uso y evitar contaminarla. “Cuanto menos la contaminemos, más fácil es reutilizarla. Incluso el agua cloacal tratada puede destinarse a cultivos restringidos y el agua industrial, a otros usos”, explicó.
Por eso insistió en la medición como herramienta clave y en la necesidad de cambiar hábitos. “La planificación nos permite anticipar lo que viene. Y al mismo tiempo, lo que vamos resolviendo hoy sirve como prueba para que esas soluciones sean sostenibles en el futuro”, concluyó.