Una pareja confesó la autoría del homicidio de Federico Murúa (35), un hombre asesinado de un disparo en Maipú al quedar en medio de una disputa por drogas, y fue condenada a 10 años y 8 meses de cárcel.
Una pareja fue condenada a 10 años y 8 meses de cárcel por el homicidio de Federico Murúa, ocurrido en Maipú.
Una pareja confesó la autoría del homicidio de Federico Murúa (35), un hombre asesinado de un disparo en Maipú al quedar en medio de una disputa por drogas, y fue condenada a 10 años y 8 meses de cárcel.
Los condenados son Lucas Ochoa Vargas (28) y Rocío Fernández Lira (23), quienes accedieron a un juicio abreviado y por ende fueron sentenciados como autores de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Al confesar y evitar el juicio, fueron condenados a una pena cercana al mínimo posible (arriesgaban hasta más de 30 años).
El homicidio de Murúa ocurrió en la noche del 23 de septiembre del 2023 en calle Alejo Irusta al 600, en el barrio Brandi de Maipú.
Ese día, Murúa estaba reunido con amigos cuando recibió un disparo en la cabeza que le provocó la muerte casi en el acto.
La reconstrucción del hecho indica que los agresores querían atacar a otra persona, al parecer, por una deuda de dinero en la venta de drogas. Lamentablemente, Murúa estaba en el lugar y recibió el disparo fatal.
Lo cierto es que horas después del homicidio la policía detuvo a los dos presuntos autores del crimen: Ochoa y Fernández Lira.
Ambos quedaron sumamente complicados en la causa por las pruebas en su contra. Incluso, la prueba realizada minutos después del crimen confirmó que la mujer había disparado un arma de fuego.
Por esto, para la fiscalía Fernández Lira era la autora material del homicidio y Ochoa una especie de autor intelectual.
Entonces, al estar acorralados y destinados a una posible pena alta en un juicio por jurado, los acusados decidieron acceder a un juicio abreviado, que se firmó este viernes por la mañana en el Poder Judicial tras el acuerdo entre el fiscal Torres y los abogados defensores Emiliano Reales y Paolo Costarelli. La jueza que avaló el acuerdo fue Carmen Magro.