A veces la liebre salta por donde menos se lo espera. El famoso discurso de la industria de los juicios laborales sufrió en estos días un importante revés en el mundillo top de la vitivinicultura y el vino argentino.
A veces la liebre salta por donde menos se lo espera. El famoso discurso de la industria de los juicios laborales sufrió en estos días un importante revés en el mundillo top de la vitivinicultura y el vino argentino.
Dos ex empleados de una bodega que se hizo muy reconocida en los últimos años, Gauchezco, fueron despedidos y comenzaron un juicio laboral no solo perdieron la demanda laboral sino que además perdieron un millonario juicio que le entablaron los dueños de la bodega por su accionar en ella.
Los empleados no eran empleados rasos sino nada más y nada menos que Mauricio Vegetti uno de los enólogos más reconocidos de la generación intermedia y el gerente general de la bodega Gauchezco, Lucas Dalla Torre.
Ambos ya hace unos años crearon su propia SA para elaborar la línea de vinos propia LUI y realizan vinos de alta calidad. de hecho el año pasado una de sus etiquetas (Lui District Blend de Parcelas Appellation Los Chacayes 2018) fue elegido el mejor del año en el encuentro The Winemakers uno de los eventos más prestigiosos donde 100 enólogos del país puntúan los vinos que realizan ellos mismos y sus colegas.
La dueños de Gauchezco en la causa de despido de sus directivos (ambos tenían puestos gerenciales y de vital importancia) de “competencia desleal, usando información fundamental para su beneficio y explotar sus propios productos” ya que según reza la demanda utilizaron “en provecho propio toda la estructura, información, contactos, listas de proveedores de uvas, botellas, corchos, etiquetas, transportes, bodegas, para obtener mejores precios en los insumos al adquirir en grandes cantidades para la actora y para ellos mismos”.
Finalmente los dos demandados perdieron el juicio en primera instancia (ya fue apelado) y fueron condenados a pagar 88.450,80, dólares y 16.842.786,40 pesos ambos actualizados a la fecha.
El fallo generó un sordo ruido en el mundo de la vitivinicultura y no son pocos los bodegueros que tomaron nota ya que, en menor o en mayor medida, tienen conflictos con sus enólogos por situaciones similares.
Como siempre pasa y decían las abuelas -y nunca mejor aplicado- “Hay de todo en la viña del Señor”. Hay enólogos y enólogas que elaboran sus propias líneas de vinos en pequeña y mediana escala y lo hacen fuera de los establecimientos en los cuales trabajan o dentro de ellos pero con claridad y acuerdos firmados con los dueños de las bodegas que al fin del día son sus empleadores. Pero hay varios casos donde esas líneas, por acción u omisión, son difusas y este caso, sea cual sea la resolución final,será testigo para muchas otras situaciones.
Mientras tanto la situación de la industria en general suma complicaciones. Como contó Sitio Andino está semana la implementación del dólar agro para las exportaciones para el sector todavía es confusa y complicada y está interviniendo el INV en pos de aclarar y flexibilizar algunas de las condiciones de participación en el plan.
Pero a la preocupación de la escasa cosecha que disparó los costo de la uva se suma el efecto de la inflación y de crecimiento de la cotización del dólar para los costos de los insumos secos que hacen que la presión sobre el precio final del vino en góndola sea grande pero no compatible con la situación de mercado.
Los despachos de vinos tanto al mercado interno como de exportación que dio a conocer el INV está semana muestran que el primer cuatrimestre del año ha sido de un desempeño muy complicado para la industria.
Las exportaciones en abril de este año contra las de 2022 cayeron un 40 por ciento (39.9). Un 32.2 por ciento en el vino fraccionado y más del 54 por ciento en el vino a granel. En el primer cuatrimestre la caída de las exportaciones respecto al 2022 acumula casi un 30 por ciento (29.4) en tanto que la caída de la exportaciones de mosto superan el 60%.
En el mercado interno la situación no es mejor, en marzo la caída fue del 20.9 por ciento y en el primer trimestre del año acumula un 13.4%. Marzo 2023 contra Marzo del 2022 los despachos de bodega en botellas cayeron un 20.2 por ciento mientras que los de tetra brick bajaron un 23.1 por ciento.
El escenario se pronostica complicado ya que la presión de costos es muy fuerte pero la situación de mercado no se muestra como la mejor para ajustar los precios de acuerdo a la suba de costos, de hecho a pesar de la escasa cosecha los stocks vínicos que calcula el INV se ubican (según el escenario) entre los 5.2 y 8.4 meses.