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"Kiti" Coria tras la liberación: "Soy un pibe honesto, siempre culpan al más pelotudo"

Cristian Coria se mostró alegre luego de recuperar la libertad. Insistió en que es inocente, se emocionó al encontrarse con su familia y aseguró que seguirá trabajando para poder disfrutar con sus seres queridos.

Por Pablo Segura

La espera fue larga. El calvario duró 37 días, tiempo en que estuvo encerrado en una celda y sin ver a sus seres queridos. Esta tarde, todo eso se terminó. A las 17.10, Cristian Coria recuperó la libertad y si bien sigue vinculado a la causa –en la que está imputado por homicidio simple-, pudo reencontrarse con su familia.

Salió de Contraventores, ese lugar donde vivió el último mes, casi sin nada. Solo tenía una bolsa con pertenencias y dos artesanías que había fabricado durante los días de detención. Una era para su madre y la otra para su abogada.

Caminó hacia la calle y ahí lo esperaba su familia. Al verlos levantó los brazos y esperó que estos vinieran a abrazarlo. Emocionado y mucho más tranquilo por su situación procesal, soltó: “Siento que estoy haciendo mi vida de nuevo”.

En medio de abrazos con su madre y su abuela, no faltaron las lágrimas y hasta la abogada se mostró emocionada. “Estar ahí adentro (por la cárcel) es como estar en un pozo, en una fosa”, agregó y luego accedió a dialogar con SITIO ANDINO.

Cristian le agradece a su abogada, Susana Aguilera, haber logrado su libertad.

“Nunca imaginé que iba a estar en una cárcel. En ningún momento le hice mal a nadie. Lo único que quería es hacer las cosas bien para salir en mi libertad con mi nombre limpio y con la frente en alto”, dijo Coria.

Al igual que lo hizo horas después de ser detenido, el joven insistió en que es inocente y repitió una y otra vez, desconocer el motivo de su detención.

“No tengo idea por qué me culparon. Soy un pibe honesto, siempre culpan al más pelotudo. Ella (por la víctima) me pidió que  la llevara a una parada y yo la llevé. Me pidió que la dejara ahí y desde ahí no la vi nunca más, ni supe nada más. Después todos me culpaban”, recordó.

Luego, recordó sus días en prisión: “Solamente los sábados podía ver a un familiar, y eso me dolió mucho. He sufrido mucho en este tiempo. Fue un dolor muy grande, porque nunca me imaginé que me iba a pasar algo así”.

“Sentí mucho dolor por mi y mucho dolor en mi familia. Sentía que mi familia sufría. Gracias a Dios me trataron bien, y nunca me faltaron el respeto”, continuó.

El regalo del "Kiti" para su madre (foto). Lo fabricó durante los días que estuvo preso en Contraventores.

Cristian Coria tiene 21 años y antes de ser detenido, trabajaba en una obra en construcción de Guaymallén. Según cuenta, le gusta trabajar allí y ahora sólo espera poder rehacer su vida con el mismo empleo.

“Ahora pienso disfrutar de mi familia, de mis hermanos, de mis sobrinos. Seguir mi vida, laburando y rompiéndome el lomo en la construcción, porque eso es lo que me gusta”, concluyó el “Kiti”.

Si bien recuperó la libertad, Coria continuará imputado en la causa. Sobre su espalda recae el delito de “homicidio simple” y por más que por el momento no haya demasiadas pruebas en su contra, para la Justicia es uno de los principales sospechosos del crimen de Brizuela.

Ahora su objetivo será terminar de demostrar su presunta inocencia, para poder ser sobreseído. Mientras tanto, como él dice, “empezará a hacer su vida de nuevo”.

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