Seguridad: un año con más policías y una ley de mano dura
En una de las carteras más polémicas, al mando de Carlos Aranda, se presentó un plan de acción con propuestas sorpresivas y se sancionó la norma que impide que los presos por delitos graves gocen de salidas transitorias.
Si bien las estadísticas delictuales no muestran un importante cambio respecto a 2011, durante los primeros 12 meses de la gestión de Francisco Pérez el jefe de la cartera de Seguridad, Carlos Aranda, presentó un plan de acción con nuevas medidas, algunnas novedosas, para continuar con la política de seguridad del Gobierno de Celso Jaque.
Aunque la primera mitad del año trascurrió sin mayores sobresaltos para el único ministro que siguió al frente de su cartera, los homicidios de Adolfo Moreno y de María de Lourdes Gordillo, en junio, quitaron la aparente calma reinante y sin demoras, Aranda dio a conocer un plan para combatir los hechos delictuales.
El anuncio, en el que el ministro estuvo acompañado por toda la cúpula policial, pero no por el Gobernador, se basó, una vez más, en la necesidad de sacar a más policías a la calle y de colocar más cámaras de seguridad.
De esta manera, Aranda confirmó que habrían 750 policías más custodiando las calles y la incorporación de 120 policías retirados para realizas trabajos administrativos. Respecto a la tecnología, para el ministro fue necesario solicitar un préstamo por 8 millones de dólares destinado a la compra de 450 cámaras de seguridad.
Luego del anuncio, las aguas se calmaron y la oposición dejó de pedir la renuncia del hombre de confianza de Ciurca.
Mientras tanto, a finales del mes de agosto se aprobó la Ley Petri, una norma cuestionada por el oficialismo por inconstitucional y por sectores de Derechos Humanos como poco efectiva.
Nuevamente, el oficialismo contraatacó y un día después de la promulgación de la ley de mano dura, el Gobierno creó una Brigada de Salidas Transitorias, es decir, un escuadrón conformado por policías y penitenciarios que trabaja exclusivamente para encontrar a los presos que hayan violado el régimen de salidas y no hayan regresado al penal.
Por otro lado, la noticia en una de las carteras más cuestionadas que sorprendió a más de uno fue la de la renuncia del jefe y subjefe policial, Juan Carlos Caleri y Fernando Rosa. Si bien uno de los hombres más visibles dentro del ministerio aceptó ser parte de un nuevo departamento de Narcrocriminalidad junto con su compañero, su apartamiento al mando de la jefatura generó varias especulaciones, a pesar que desde el ministerio insistieron que se trata solo de un cambio de rol.