Desde las 8 de este viernes, los alumnos y alumnas del Departamento de Aplicación Docente (DAD) realizan una manifestación pacífica en la institución donde este jueves, una joven de esa escuela cayó de un segundo piso y la Justicia investiga los hechos.Los/as estudiantes aseguran que las autoridades del colegio- dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo)- no se tomaron lo sucedido en serio, que no cuentan la verdad sobre lo que ocurrió y que no los escuchan ni contienen.
En diálogo con el equipo de "Nada Simple" (Radio Andina FM 90.1), Victoria, alumna que forma parte del Centro de Estudiantes del DAD (CEDAD), se refirió a la sentada que llevan adelante en la escuela y sobre cómo manejaron los/as directivos/as de la institución que, tras el trágico hecho de este jueves, no suspendieron las clases en ninguno de los turnos. Incluso, los/as que cursan por la tarde debieron esperar para ingresar dado que en el lugar había personal de Policía Científica trabajando.
"Se ha sumado gente del Liceo Agrícola y de otros colegios de la universidad. Los/as estudiantes no han entrado a cursar en ninguna de las escuelas de la UNCuyo", comenzó a explicar la alumna. "Lo que queremos, nuestra meta principal es que nos escuchen, que no miren para otro lado. Pedimos que nos contengan porque llevamos un año y medio de pandemia con una cuarentena y aislamiento en el medio, esto afecta y cuando regresamos al aula hace poco tiempo, nadie nos preguntó cómo estábamos, cómo nos sentíamos, a nadie le interesó salvo a algunos/as docentes que tuvieron el gesto, el detalle de consultarnos", expuso.
Victoria manifestó que a su regreso a la escuela (hace menos de dos semanas), se notaba alrededor un clima de desgano y que incluso, el acto de socializar cambió porque todos/as cambiaron porque todos/as vivieron y atravesaron la pandemia de formas diferentes y enfrentando distintas situaciones.
"Nos veían desanimados, sin ganas de ir al colegio, o en muchos casos, alumnos y alumnas se sentían agobiados. Volver, esta realidad fue una situación bastante invasiva y no les importó cómo nos sentimos, los directivos miran hacia otro lado: hace un par de años, sucedió lo mismo, tuvimos que tomar medidas nosotros otra vez. Tampoco se han realizado los talleres sobre depresión y salud mental en general y cuando fuimos a preguntar a los preceptores sobre esto, no tenían información sobre la charla cuando son las personas encargadas de acompañarnos, finalmente, esos encuentros sobre salud mental no se realizaron. Es triste. Tenemos que llegar a estos extremos para que nos vean, tienen que pasar estas cosas para que visibilizar que no estamos bien, que nos tienen que escuchar", sumó la joven estudiante.
Y cerró: "Con respecto a lo de ayer, me llevé una decepción cuando nos dijeron que no nos podíamos ir después de lo que pasó. No entendieron nada: había gente en shock, gente vomitando, que se sentía muy mal. Hubo personas que presenciaron eso y que debió quedar muy traumatizada. Nosotros intentamos hablar con preceptores y directivos pero no hacen caso, lo que más falta es empatía, se han viralizado comentarios de autoridades de esta institución que claramente no se tomaron lo sucedido con la seriedad que debían".