Si bien en esta ocasión hubo mayor consenso entre la Casa Rosada y los mandatarios provinciales, la facultad de imponer el cierre total correría por cada jurisdicción, más allá del contenido del nuevo DNU que publicará la Nación en las próximas horas.
Según indicaron fuentes de Casa de Gobierno a Sitio Andino, en la reunión el gobernador Rodolfo Suarez volvió a defender las clases presenciales bajo el sistema de burbujas que se desarrolla en Mendoza y ponderó el rol de las escuelas para los estudiantes de sectores más vulnerables y con difícil acceso a la conectividad en sus hogares.
Asimismo, se comprometió a reforzar los controles para el cumplimiento de las medidas que buscan reducir la circulación social a fin de disminuir los contagios de coronavirus. Junto a la ministra Ana María Nadal, hizo un paneo de la situación sanitaria y epidemiológica de la provincia, resaltando que no dista mucho que la de gran parte del país. Habló de un "amesetamiento alto" de casos y de la tensión de los hospitales y clínicas, aunque reparó en la incorporación de 140 nuevas camas UTI.
Respecto al retorno a un confinamiento severo, los allegados al gobernador resaltaron que el pedido del presidente fue "que todos acompañen", aunque adelantaron que previo a anunciar lo que sucederá en Mendoza, se realizará una consulta a los 18 intendentes en la habitual reunión pre decreto provincial.
Más allá de este paso previo, el gobernador se mostró más abierto a endurecer restricciones, siempre y cuando no se extiendan indefinidamente en el tiempo, como ocurrió el año pasado. Además, reclamó el retorno de las ayudas nacionales para mitigar el impacto económico de las medidas, tales como el IFE y los ATP para las empresas.
Así las cosas, habrá que aguardar el contenido del decreto nacional y cómo lo interpretará Mendoza en esta oportunidad y cuáles de las medidas previstas en la normativa bajará al territorio provincial, y si lo hará por regiones o para toda la geografía mendocina.