Este miércoles se desarrollaron los alegatos finales por el homicidio de Nelson "Caco" Montenegro, un ex convicto que fue asesinado y prendido fuego en mayo del 2018 en la zona del "Fuerte Apache", en el oeste de Ciudad. El caso es analizado en un juicio por jurado y las partes presentaron sus argumentos. En la causa hay dos hombres y una mujer implicados, quienes podrían ser hallados culpables y condenados a perpetua.
Rafael Ángel Farías, Camilo Paez y Daiana Muñoz son las personas que están detenidas e imputadas por un "homicidio agravado por alevosía y por un concurso premeditado de dos o más personas". Es por ello que arriesgan prisión perpetua si son hallados culpables por el jurado popular por unanimidad.
Ante la jueza María Belén Salido y el tribunal popular, el primero en exponer sus argumentos fue el jefe de fiscales de Homicidios, Fernando Guzzo. El letrado manifestó por qué motivo eran juzgados los tres detenidos y habló sobre la legitimidad sobre el juicio por jurado y de los cuestionamientos de los abogados defensores. Además, como él lo mencionó, se refirió al caso como "Amigos Asesinos" porque explicó de la relación previa que mantenían tanto los imputados como la víctima y el acto de traición que hubo en el contexto del crimen.
Amordazado, calcinado y sin un brazo: así hallaron el cuerpo de "Caco" Montenegro.
Luego fue el turno de Gustavo Pirrello, el fiscal que instruyó el caso y fue él quien presentó las pruebas que complican a Farías, a Paez y a Muñoz. Según la reconstrucción, el hecho sucedió entre la noche del 29 de mayo y la madrugada del 30 en una casa de la manzana H del barrio "Fuerte Apache", ubicado en el interior del San Martín.
Según la reconstrucción, la víctima fue atacada en el domicilio de Farías. ¿El motivo? un arma de fuego que se había perdido. Por ese motivo le recriminaron y lo torturaron. "Le reclamaron por un arma que se había perdido. Por eso lo ataron en una silla, lo golpearon, estrangularon y apuñalaron", explicó Pirrello.
Luego, los individuos, lo envolvieron en unas sábanas y frazadas para prenderlo fuego enfrente de dicho domicilio. "Usaron un acelerante", se desprendió de las pericias. Esa mañana, cuando descubrieron el homicidio, varios testigos sabían de qué se trataba e incluso quién era la víctima.
Sin embargo, la identificación de Montenegro tardó algunas horas. Incluso, un hermano de la víctima se enteró de lo ocurrido pero no sabía que era su familiar el muerto. Luego, precisó el fiscal, la tarea de un efectivo de Policía Científica permitió encontrar serios indicios en el domicilio de Farías. "Unas zapatillas húmedas, manchas de sangre y un patio con agua", describió Pirrello.
Estos indicios, con el avance de la pesquisa, confirmaron que allí había sido la escena inicial del crimen del "Caco". Además, unas escuchas telefónicas permitieron encontrar más pruebas contra los acusados donde se hablaba del hecho y de quiénes fueron los autores.
Asimismo, el letrado respaldó la calificación con la que llegó al debate el caso y argumentó que los tres acusados tuvieron la clara intención de matar a la víctima y que aprovecharon su estado de indefensión para lograr el objetivo: asesinarlo.
Por otro lado, los tres abogados defensores dieron sus argumentos y manifestaron que no hay pruebas contundentes para probar la autoría de los implicados. Es más, acusaron a los representantes del Ministerio Público Fiscal de hasta "inventar" pruebas contra los detenidos.
Esto generó una réplica en el fiscal Fernando Guzzo, quien se manifestó acerca de la veracidad de las pruebas aportadas y que, si lo iban a acusar, debían hacer los mismo con el juez que avaló la investigación en la instancia de la audiencia de Prisión Preventiva, la cual confirmó que los tres debían ser juzgados y que dio lugar a este debate.
Ahora, tras escuchar los alegatos de cierre, el tribunal popular analizará la responsabilidad de los tres sospechosos, sobre quienes deberán decidir si actuaron con alevosía y con premeditación. Cabe recordar que para que haya fallo condenatorio, los 12 integrantes deberán tener un veredicto por unanimidad y declararlo culpable.