15 de noviembre de 2025
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Adiós a Carlos Smovir, pionero del chocolate mendocino con La Cabaña, su marca registrada

Fue el primero en el rubro, lo que siempre marca la diferencia para los hacedores de cualquier actividad. Fundador en pleno Mundial de Fútbol de 1978 de La Cabaña, la chocolatería más antigua de Mendoza, Carlos Smovir (77) dejó de existir durante la mañana del lunes por un cuadro clínico que el Covid-19 agravó. Pero lo sobreviven una marca registrada y 4 herederos al frente de su legado.

A más de 4 décadas de la apertura de su primer local de chocolate artesanal en la esquina de San Martín y San Luis, de Ciudad, el emprendimiento que encaró en su momento junto a su esposa Anella María Lazzari hoy cuenta con la reconocida fábrica modelo de más de 1.000 m2 con salón de ventas incluído en plena 4ta Sección de Ciudad. Y además de 7 locales comerciales toda una red de distribución que trasciende los límites de la provincia.

Si bien en los últimos años se había alejado de las decisiones cotidianas dejándolas en manos de sus hijos Sandra (52), los mellizos Carlos y Daniel (50) y Diego (47), Smovir vio cómo el expertise principal, la chocolatería, con sus variantes (chocolate en rama, frutos secos bañados, huevos de pascua, etc) se extendió a helados y otros productos regionales como encurtidos. Y también a la tercera generación familiar, con la incorporación de su nieto Tomás, maestro chocolatero desde 2018.

Fábrica, venta mayorista y al público

La planta modelo sobre calle 9 de Julio, con salida también a San Martín, ya es uno de los principales atractivos de la firma para los turistas, con visitas y recorridas habituales que esperan retomar tras la cuarentena. Una cuarentena que sorprendió al fundador de La Cabaña con una cirugía de carótida de la que se recuperó a fines de agosto, aunque una pulmonía posterior forzó otra internación en una clínica privada donde al cuadro agravado por el coronavirus le sobrevino el desenlace.

Su hijo Diego resalta que "mi viejo fue el primero en esto, y lo más grande que hizo fue la fábrica antes de que La Cabaña empezara a crecer como marca con ventas al por mayor a supermercados de distintos puntos del país e incluso Chile también. Luego, junto a mis hermanos seguimos con las aperturas de locales al público".

Precisamente el crecimiento de ambos mercados hizo que La Cabaña, la nave nodriza, diera a luz recientemente Cabaña, cuyo management los hermanos Smovir se reparten con nuevos objetivos comerciales por delante.

La mirada del competidor: "Fuimos amigos y aprendí mucho de el"

Rubén Juárez (63) fundó en 1986 Chocolezza, otra de las chocolaterías con más historia en la provincia, especializada en alfajores y distintos productos. Reconoce que, más allá de ser competidores, su historia como emprendedor está muy ligada a la de Smovir, para quien trabajó 4 años como distribuidor y recuerda el vínculo que mantuvo con quien considera casi un maestro.

"Fuimos vecinos, amigos y trabajamos juntos. Hasta compartimos proveedores y clientes. Carlos fue un pionero del chocolate en Mendoza y aprendí mucho de él, traté de ver pros y contras del negocio para elegir el nicho en el que tenía que posicionarme", reseña Juárez, que sigue al frente de su empresa junto a sus dos hijos.

El empresario no deja de lamentar la desaparición de su colega. "Queríamos convertir a Mendoza en algo así como un centro comercial del chocolate en la región, cada cual desde su lugar por supuesto. Es una lástima que ya no esté, quizá lo hubiéramos logrado".

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