Cerca de cien personas murieron hoy por un ataque talibán contra una base de la principal agencia de seguridad afgana, el Directorio Nacional de Seguridad, recientemente construida en la provincia de Maidan Wardak, al oeste de Kabul.
Cerca de cien personas murieron hoy por un ataque talibán contra una base de la principal agencia de seguridad afgana, el Directorio Nacional de Seguridad, recientemente construida en la provincia de Maidan Wardak, al oeste de Kabul.
"De acuerdo con la información que manejo, el número de muertos hasta ahora aumentó a casi cien personas", dijo a la agencia EFE Sardar Bakhtiar, miembro del Consejo Provincial de la provincia de Maidan Wardak.
El consejero explicó que "más de 60 cadáveres fueron recuperados solo entre la mañana y la tarde debajo de las ruinas del edificio derrumbado", a los que suman los extraídos minutos después de la explosión.
Al parecer, todas las víctimas eran agentes de las fuerzas de seguridad.
"Un primer atacante suicida hizo detonar un vehículo cargado de explosivos contra la base de las fuerzas de seguridad", contó el jefe del departamento de salud pública de Maidan Wardak, Salim Asarkhil, y agregó que a la explosión siguió un tiroteo de unos 20 minutos después de que varios insurgentes trataran de entrar en el edificio.
El puesto militar, con capacidad para unos 150 miembros de la agencia de inteligencia, está menos de dos kilómetros de la capital provincial, Maidan Shahar.
El vocero de los talibanes, Zabihullah Mujahid, reivindicó la autoría del atentado en un breve comunicado, antes de afirmar que "varios soldados y oficiales de las fuerzas especiales fueron asesinados" en el tiroteo, reportó la agencia de noticias.
La provincia de Maidan Wardak, situada al oeste de Kabul, comparte frontera con las regiones también inestables de Ghazni y Logar, y tiene una importancia estratégica para los insurgentes y para el gobierno afgano, ya que sirve como puerta de paso hacia el sur y el centro de la nación asiática.
Desde el fin de la misión de combate de la OTAN, en enero de 2015, el gobierno afgano fue perdiendo terreno ante los talibanes y apenas controla un 56% del país, según datos de la Inspección General Especial para la Reconstrucción de Afganistán del Congreso de Estados Unidos.