Un hombre que había sido baleado durante un robo domiciliario murió la semana pasada luego de estar internado casi cinco meses en el Hospital Central. La víctima, Sergio Omar Delgado, tenía 40 años y había recibido un escopetazo en el abdomen cuando se encontraba en la casa de unos familiares en Guaymallén.
Los sospechosos, dos pibes y dos chicas, entraron a la casa y se alzaron con electrodomésticos y otros elementos luego de dispararle. Esa misma noche cayeron tres de ellos y el restante, un menor de 17 años, fue atrapado tiempo después. Con la muerte de la víctima se agravó la situación de los detenidos porque fueron acusados por homicidio criminis causa.
El hecho sucedió la madrugada del jueves 28 de abril en una vivienda ubicada en calle España al 3500 de Guaymallén. Eran cerca de las 2 en el momento que Delgado se encontraba en la puerta de la casa y cerca de su auto, un Renault 11.
La víctima, quien se dedicaba a realizar fletes, fue sorprendida por cuatro personas: dos muchachos y dos chicas. Luego de amenazarlo, le rompieron un vidrio del rodado y entraron al domicilio. Pero el trabajador quiso evitar las intenciones de los sospechosos y, tras un forcejeo con uno de ellos en el ingreso a un comedor, recibió un disparo en el abdomen. "Fue a corta distancia y el mismo plástico de los cartuchos le perforó los órganos", detallaron.
Los malvivientes siguieron con el accionar y robaron varios electrodomésticos y otros artefactos de valor. Escaparon de la escena pero a las pocas horas personal de Investigaciones detuvo a tres de ellos. A un mayor identificado como Jeremías Ramírez, a su novia y a su cuñada. Estaban en calle Laurenti cuando los atraparon.
En tanto, un mes después, cayó un menor de 17 años conocido como "Jere" mientras se encontraba en una plaza. Este individuo, quien en la actualidad es mayor, es el señalado de dispararle a Delgado. Todos quedaron a disposición del fiscal departamental Gonzalo Marzal. El letrado, tras confirmar que la víctima murió el martes pasado, los acusó por homicidio criminis causa, es decir, matar para ocultar otro hecho, en este caso el robo domiciliario.
La víctima estuvo internada en gravísimo estado en una sala del Hospital Central. A pesar del tiempo que permaneció allí, nunca se recuperó y hace una semana dejó de existir.