Ana María Giunta murió en la mañana de este sábado a los 72 años. La actriz de una prolífica carrera en cine y televisión no sólo dedico su vida a la actuación y a la pantalla. Tuvo un marcado interés por problemáticas sociales y era una férrea luchadora por la inclusión.
La intérprete era una fiel defensora del derecho de la mujer y militaba en contra de la violencia de género. Apoyó y se comprometió activamente en el tema del matrimonio igualitario y había expresado su opinión sobre el aborto diciendo que no te salva de nada, te hunde en un infierno.
También fue muy crítica del programa de televisión Cuestión de peso sobre el que dijo: Me molesta porque toma la obesidad como un show y agregó que la gente no sabe que hay muchos obesos que se han suicidado por el rechazo de la sociedad.
Además la actriz, que además era asistente social, llevaba adelante un gran trabajo solidario y de integración con chicos discapacitados. Lideraba desde hace más de 20 años un taller de arte para personas con discapacidad y en riesgo llamado Talleres de arte para la vida: Todos en Yunta.
Este es un espacio donde alrededor de 50 chicos, jóvenes y adultos con discapacidades mentales, psíquicas y motoras se integran utilizando el arte. El proyecto surgió a través del contacto de Giunta con una madre que buscaba clases de teatro para su hijo y esta situación derivó en la formación de un grupo y un seminario de teatro que iba a durar en un principio unos meses, pero que finalmente se extendió durante más de 20 años.
La vocación de la actriz por el servicio comenzó, según ella, a los 12 años cuando realizó su primer voluntariado en un hogar de niñas huérfanas que era dirigido por monjas, cercano al Parque General San Martín, en Mendoza.