El papa Francisco creó hoy quince nuevos cardenales electores y otros cinco no electores, entre ellos Luis Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, a quienes exhortó a rechazar toda injusticia y a practicar la caridad con magnanimidad y benevolencia.
En el segundo consistorio desde el inicio de su pontificado, Francisco ratificó su idea de descentralizar e internacionalizar el Colegio Cardenalicio, al nombrar purpurados de las periferias del mundo y de país que nunca los tuvieron como Cabo Verde, Tonga, Birmania, Mozambique, Nueva Zelanda y Panamá.
"Mi nombramiento más allá de mi persona, es un reconocimiento también al noroeste argentino y a Tucumán", dijo Villalba en declaraciones a la prensa.
El ritual se realizó en la basílica de San Pedro y participó el papa emérito Joseph Ratzinger, a quien Francisco estrechó en un abrazo al iniciar la ceremonia.
Tras la profesión de fe y el juramento de práctica, el Papa entregó a cada uno el birrete de color rojo signo del cardenalato y el anillo.
Francisco saludó afectuosamente a Villalba, quien era sacerdote cuando Jorge Bergoglio fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992 y acompañó en la vicepresidencia al actual pontífice en los años que presidió la Conferencia Episcopal Argentina.
Villalba es uno de los cinco prelados jubilados que el pontífice argentino sumó al Colegio Cardenalicio, pero no tendrán derecho a voto en un futuro cónclave para elegir Papa por tener más de 80 años.
Al dirigirse a los nuevos cardenales, Francisco les señaló que quien recibe esta distinción debe tener "un fuerte sentido de la Justicia, de modo que no acepte ninguna injusticia".
"Que el Pueblo de Dios vea siempre en nosotros la firme denuncia de la injusticia", agregó.
El pontífice los exhortó a practicar la caridad con magnanimidad y benevolencia, a amar "sin límites" y a "querer el bien, siempre y para todos, incluso para los que no nos aman".
"La magnanimidad es, en cierto sentido, sinónimo de catolicidad, es saber amar sin límites, pero al mismo tiempo con fidelidad a las situaciones particulares y con gestos concretos", sostuvo.
Francisco también les recordó que "Jesús no vino a enseñar una filosofía, una ideología, sino una vía, un camino y la calle se aprende caminando" y advirtió que "si prevalece la mentalidad del mundo prevalecen rivalidades, envidias y las facciones".
Fuente: DyN