“Con lluvia, este camino sería otro camino. Este bosque, otro bosque” se lee en El Nombre del Viento. Y seguramente podríamos pensarlo -a nuestra manera- cada día en este verano en el que la sequía venía agrietando la tierra en los oasis mendocinos, maltratados además por el intenso calor… hasta que llegaron los días de lluvia y nubes.
Claro que todos los extremos son malos. En diversas zonas productivas de Mendoza las últimas dos semanas han sido de intensas precipitaciones y días mayormente nublados lo cual trae sus complicaciones en plena época de cosecha tanto de uva como tomate, melón y membrillo.
La realidad económica de viñateros y productores mendocinos puede variar con la intensidad de las lluvias de los últimos días, y la imposibilidad de comercializar tomates o frutas en cosecha.
El Ing. Mauro Silvestre, de INTA Rama Caída, explica que así como la extensa sequía y las altas temperaturas de enero y febrero último incidieron en los cultivos, también los días de lluvia intensa dejarán su marca existiendo al menos tres aspectos a relevar de manera urgente.
“En principio, la incidencia de las lluvias en frutales y cultivos no implica que vayan a tener disminución de rendimiento, pero sí frena el proceso de maduración”, explica. Al llover y permanecer nublado durante días, los órganos del fruto se rehidratan y baja la acumulación de azúcares. En el caso de la vid puede bajar el grado pero es sólo temporal.
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Otra de las consecuencias inesperadas de estos días puede ser la caída de frutos: “Esto no ocurre con la vid pero sí puede pasar con membrillos y tomates. Si esa fruta no se recoge del suelo comienza más rápidamente el proceso de descomposición”. En este último punto, añade que han sido muchas las fincas donde durante días no pudieron ingresar los camiones cosechadores, lo cual frenó también las tareas.
En cuanto al tema sanitario, el técnico de INTA Gral. Alvear indica que la humedad es un ámbito propicio para las enfermedades fúngicas.
Añade que “en viñedos hablamos de peronóspora, mientras que en el cultivo de tomates hay distintas enfermedades que pueden generar pudrición en el fruto o bien lesiones en órganos como hojas o tallos”.
La recomendación del experto es hacer manejo sanitario cuidadoso, seleccionando muy bien el producto a utilizar: “Esto debido a que se está en plena cosecha y hay productos fitosanitarios que no podrán utilizarse por el período de carencia que conllevan”.
Lo explicamos: el período de carencia son aquellos días (normalmente 20) en los que ese tomate o esa uva no debería ser consumida por haber estado expuesta a un agroquímico.
Por último, otro de los problemas que pueden traer este marzo de lluvias intensas es el rajado de frutos. Este aspecto es especialmente a considerar en el cultivo de melones. "Los melones vienen de una carencia hídrica importante con estrés hídrico asociado. El hecho de tener tanta humedad repentina puede generar el rajado del fruto y con ello perder la posibilidad de comercializarlos”.