Pocos días atrás Sitio Andino contaba de una nueva IG para el vino argentino. La concreción de la Indicación Geográfica Tandil sorprendió a más de uno que no tenían demasiado registro del trabajo vitivinícola en esa zona de la Provincia de Buenos Aire.
Lo cierto es que poco más de una docena de productores vienen trabajando en el desarrollo vitivinícola en esa zona con particularidades bien distintas a las de las zonas vitivinícolas tradicionales y vienen trabajando desde hace varios años en obtener el reconocimiento de la IG por parte del INV.
Vino de Tandil: la asociatividad clave de la Indicación Geográfica
Hace poco más de dos años una decena de productores (hoy ya son 15) dieron nacimiento a la Asociación de Productores Vitivinícolas de Tandil, y a partir de allí el impulso para lograr la IG fue creciendo en forma determinante.
El precursor de esta historia es Matías Lucas quien junto a sus hermanos se animaron a plantar las primeras vides allá por 2005 y desde 2008 comenzaron con la vinificación casi artesanal de sus vinos.
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Viñedos de cabernet franc en una de las fincas de Cordón Blanco pioneros de la Indicación Geográfica Tandil recientemente autorizada por el INV
Indicación Geográfica, los pioneros
Hoy Cordón Blanco es la única bodega de la zona, con dos fincas ya implantadas en Tandil y la nave insignia de los vinos de esa zona serrana de la provincia de Buenos Aires.
Además, ya hay otros tres o cuatro productores que están trabajando en vinificaciones experimentales de sus uvas y van sumándose a un camino que a partir del reconocimiento del INV recibe un nuevo impulso.
En Sitio Andino, a través de Sabores de Argentina por Radio Andina, dialogamos con el titular de Cordón Blanco, Matías Lucas, principal impulsor de este logro para la tierra que a sus tradicionales salames y quesos suma ahora el vino.