Reacciones al operativo oficial

El "techo" de precios que el Gobierno busca al comprar uva

Para el sector primario el precio es acorde, pero el operativo de compra de uva para mosto arranca tarde. Cuánto cobrarán y cuándo. La reacción de las mosteras

Por Miguel Ángel Flores

La previa de la Fiesta de la Vendimia siempre ha sido caldo de cultivo de tensiones en un mercado siempre sujeto a definiciones de política vitivinícola. Frente a la cosecha más pobre de la historia, la campaña 2023 ya forzó la primera: el Gobierno de Mendoza comprará uva para mosto, para mantener un techo de precios frente a la presión de la industria por perforarlo.

Mientras, el histórico acuerdo diversificador con San Juan aún está por cerrarse. Un dato no menor, ya que con la marcada escasez de uva la negociación interprovincial apunta a que el porcentaje no supere los 2 dígitos, de lo que dependerá si hay más o menos presión sobre los precios.

"A diferencia de otros años, no es un operativo "sostén". Más bien estamos pagando la uva a un precio para tender un puente por el atraso cambiario, que deberá compensarse en algún momento. Es como si el productor saliera a vender su materia prima a mediados de año", argumentó Alfredo Aciar, referente en temas vitivinícolas del Ministerio de Economía.

Después de sondeos por alrededor de $48/$50 a fines del 2022, bodegas y mosteras no ofrecen hasta ahora no más de $90 de contado por kilo de uva criolla. La pretensión oficial es subir ese "techo" al menos de un 11%.

Los productores que lleven su uva a los establecimientos elaboradores a través del mecanismo oficial cobrarán al contado $100 el kilo, o $115 financiados en hasta 3 cuotas, a 30, 60 y 90 días. Claro que con un tope de 800 quintales cada uno, a alguna de las bodegas seleccionadas, que podrán recepcionar hasta 20.000 quintales en total.

Ya en febrero, con el inicio de la recolección de uvas blancas, la vitivinicultura venía de mostrar sus cartas. Con la disparada de cotizaciones, algunas bodegas empezaron a "amagar" con la importación, al punto que el propio ministro de Economía Sergio Massa asegurara "que hasta que no esté vendida la última uva no nos sentaremos a hablar de importación".

El precio bien, el plazo no tanto

Por eso, después de analizar el contexto y debatirse entre fijar precios de referencia o dejar librado el mercado a su suerte, el Gobierno se decidió a intervenir. Durante la segunda quincena de febrero, se había convocado a una Mesa de Concertación de precios entre productores e industria, pero sin lograr avances.

Según Aciar "con precios de la uva en formación, la inflación y la escasez de una cosecha que promete ser la más pobre de la historia, consideramos que se justificaba el operativo. Y con la flucturación del tipo de cambio y otro rumbo económico del próximo Gobierno quizá se pueda vender mejor".

Entre los productores había poca expectativa de que el Gobierno, vía Ministerio de Economía, mediara con un operativo de compra. Por eso, recibieron con beneplácito la noticia, aunque no sin reparos.

Para Matías Manzanares, vicepresidente de la AVM (Asociación de Viñateros de Mendoza) "son precios acordes en base a estudios de costos serios que hicimos con el INTA. Terminan confirmando que no son números exagerados al azar. Por otro lado, si el Gobierno llega a ese número sabe que, descontados costos de elaboración, resultará rentable, y eso significa que una bodega puede pagar esos montos".

Pero entre la madurez por el calor y lo poco por recolectar en los viñedos, el tiempo de cosecha será muy corto.

"Como se adelantó muchísimo la cosecha de uva criolla, creo que este operativo tendría que haber arrancado un par de semanas antes. En cuanto al precio, si bien es bienvenido el envión para tonificar los valores, para contemplar la inflación en tres meses el pago financiado debiera no ser de menos de $121", evaluó Manzanares.

Por su parte, durante la tarde del miércoles las mosteras nucleadas en la Cámara de Elaboradores y Exportadores de Mosto todavía analizaban los alcances del operativo.

¿Qué esperan en el Gobierno? Más allá de recuperar la inversión con la exportación a futuro del mosto elaborado (hoy la tonelada cotiza entre u$d 1.600 y u$d 1700, apuestan a que el mercado reaccione. Y que las mosteras que, tarde o temprano, necesiten producto salgan a pagar los mismos $100 (o más) por kilo.

Lo cierto es que el poder de fuego del Gobierno mendocino para imponer condiciones permite pensar que podrá comprar, si es necesario, el equivalente a unos $2000 millones. Claro que en un escenario en el que la industria no responda a los nuevos valores.

En cualquier caso, la apuesta permitirá a llegar con lo justo, de acuerdo a las estimaciones oficiales, en cuanto a elaboración de mosto. Y mantener cierto equilibrio en volúmenes y precios para el vino, de no mediar imponderables.

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