El Gobierno nacional anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y su reemplazo por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). La medida fue comunicada por el vocero Manuel Adorni, lo que generó incertidumbre respecto a su impacto sobre contribuyentes y contadores.
Un cambio estructural con menos funcionarios
El economista José Simonella explicó que la decisión implica una importante reducción en el número de funcionarios y subdirecciones de la AFIP. Aunque se trata de un ajuste significativo en la estructura, Simonella advirtió que es crucial que no afecte la operatividad de la nueva agencia.
Para los contribuyentes, Simonella aclaró que no deberían notar grandes cambios en la recaudación o los impuestos a pagar. Según el especialista, las funciones del DGI y la Aduana se mantendrán intactas dentro de ARCA. La principal preocupación sería si la reducción de personal impacta en los aplicativos que usan los contribuyentes para sus gestiones fiscales.
La tecnología será clave para mantener el control
Simonella destacó que la tecnología juega un rol fundamental en el funcionamiento de AFIP y ahora en ARCA. La mayoría de las tareas recaudatorias se basan en cruces informáticos y inteligencia artificial, lo que reduce la necesidad de una gran plantilla operativa. Sin embargo, no está claro si esto afectará las inspecciones en el futuro, según publica Perfil.
El impacto en los contadores: expectantes pero sin alarmas
En cuanto a los contadores, Simonella afirmó que, si las operaciones continúan sin interrupciones, no debería haber mayores problemas. Sin embargo, las entidades profesionales están atentas a posibles inconvenientes en la transición hacia ARCA, ya que la operatividad es esencial para el cumplimiento fiscal.