Aprueban la derogación de la ley que limitaba la libertad contractual a pequeños productores
Sucede que en la práctica, los resultados de esa ley no fueron los esperados, especialmente en el sector vitivinícola. Ahora buscan eliminar los obstáculos comerciales.
Los productores vitícolas fueron unos de los más afectados por la ley derogada.
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El Senado de Mendoza aprobó este martes la derogación de la Ley 9.133, proyecto impulsado por el Ejecutivo. Esta normativa imponía una obligación que afectaba la libertad de los productores para negociar de manera justa. En qué consisten los cambios.
La norma original buscaba evitar abusos contra pequeños productores que, sin la posibilidad de dejar de cosechar o almacenar productos perecederos, se veían obligados a ingresar su producción en establecimientos sin conocer previamente el precio ni el plazo de pago. Sin embargo, en la práctica, los resultados no fueron los esperados, especialmente en el sector vitivinícola.
El miembro informante fue el senador Walther Marcolini, autor de otro proyecto acumulado al expediente; quien destacó la importancia de fortalecer las economías regionales con normas adecuadas que fomenten el crecimiento y eviten obstáculos comerciales innecesarios en un contexto económico complejo.
La iniciativa fue aprobada por 28 votos afirmativos y 10 abstenciones, por lo que fue remitida a la Cámara de Diputados en revisión.
Los efectos negativos de la Ley 9.133
La intención de la ley era proteger a los pequeños productores mediante la obligación de registración, asegurando que se establecieran precios y plazos de pago antes de la entrega de la producción; pero terminó afectándolos. Un ejemplo claro en la vitivinicultura es que los acuerdos definitivos no pueden cerrarse antes de contar con una aproximación certera sobre los quintales de uva y variedades disponibles. Esta información solo se obtiene una vez que la uva ha sido cosechada y pesada en el establecimiento elaborador.
Además, los precios relativos por variedad y zona se clarifican al finalizar la cosecha, cuando ya se conoce el stock resultante y las condiciones del mercado, lo que ha generado un desfase entre los precios acordados y los reales al momento de la entrega.
Desde el punto de vista contractual, la ley imponía una obligación que afectaba la libertad de los productores para negociar de manera justa.
Muchos sectores productivos y entidades gremiales coincidieron en que la norma entorpecía el comercio y dificultaba la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre, ya que factores como el clima y las condiciones de mercado podían modificar sustancialmente la producción y los acuerdos previos.
Qué se logrará con la derogación
En respuesta a estas críticas, ahora se establece que los establecimientos que reciban materias primas para su industrialización, acopio o transporte deberán entregar un recibo al productor, detallando la cantidad, calidad, precio pactado y la forma de pago. Además, el Ministerio de Producción será el encargado de recolectar y difundir información clave sobre las actividades agropecuarias para garantizar la transparencia y facilitar la toma de decisiones.
La derogación de la Ley 9133 marca un avance en la defensa de la libertad contractual y busca restaurar el equilibrio en las negociaciones entre productores y establecimientos receptores, adaptándose mejor a las realidades del sector productivo de Mendoza.
La nueva normativa entrará en vigencia tras su publicación oficial.