Como todos los jueves a las 14 hs, el reconocido médico clínico y sexólogo Miguel Carlos Palmieri estuvo presente en el programa “En medio de todo”, conducido por Cristina Rodríguez y Valentín Capomaggi. En su espacio titulado “Sexualidad y pareja” porAconcagua Radio, el doctor ahondó acerca del deseo en las parejas.
El deseo como motor humano
En esta primera columna, Palmieri abordó uno de los temas centrales de la sexualidad humana: el deseo. “El deseo es la anticipación de algo que no tengo”, explicó, y subrayó, que no siempre está vinculado a una necesidad física sino a una fantasía interna que moviliza. A medida que avanza una relación de pareja, la rutina y la familiaridad pueden apagar ese deseo, sin que esto implique un problema individual.
A modo de ejemplo, comparó el deseo sexual con las ganas de viajar: al principio hay misterio y excitación, pero con el tiempo, conocer todos los “rincones” del otro puede volver las experiencias repetitivas. Sin embargo, esto no es negativo, siempre y cuando se mantenga una actitud creativa y abierta a lo nuevo. “A la sexualidad no le hacen falta juguetes, sino juegos”, dijo el especialista.
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La rutina y creatividad en la pareja
Palmieri remarcó que muchas veces las parejas esperan que el deseo sea constante, cuando en realidad puede fluctuar. “El deseo y el placer no son lo mismo y tienen circuitos distintos en el cerebro”, señaló. Por eso, idealizarlos puede generar frustración. Además, subrayó que el deseo debe ser abordado desde lo vincular: cuando hay una diferencia de ritmos sexuales —lo que él llama discronaxia— no necesariamente es un problema, salvo que se sostenga en el tiempo sin diálogo.
El especialista apuntó también qué factores como la crianza, el estrés laboral y el cansancio posparto pueden desviar la energía libidinal. “No es energía de sexo, sino energía de vida”, dijo, llamando a reconocer que no siempre hay una única causa del descenso del deseo.
La sexualidad a distancia
Durante el espacio, Palmieri respondió preguntas de los oyentes. Una de ellas abordó el efecto de la distancia en el deseo. “Depende del tipo de relación erótica”, respondió. En algunos casos la distancia puede avivar el deseo, pero en otros puede generar desconexión. Para estos casos, sugirió potenciar lo que llamó “el erotismo de la comunicación”: encontrar momentos para decirse cosas lindas, recordar al otro con ternura y evitar usar las llamadas solo para tareas operativas.
También fue consultado sobre la convivencia y su impacto en el deseo sexual. “Convivir exige negociación”, advirtió, aclarando que al inicio puede haber una “luna de miel” o todo lo contrario. Lo importante es no tener una expectativa rígida y sostener el diálogo como herramienta fundamental para atravesar los cambios.
El mejor afrodisíaco: la palabra
Finalmente, se refirió a los mitos en torno a medicamentos y afrodisíacos. “El mejor afrodisíaco es la buena comunicación y estar bien con uno mismo”, afirmó. Y concluyó con una frase poderosa: “El diálogo, aunque no toque el clítoris ni el pene, puede elevar el deseo”.
El espacio “Sexualidad y pareja” promete ser un encuentro semanal para reflexionar sin prejuicios, con sensibilidad y claridad, sobre los temas que atraviesan la intimidad y la vida en común.