Fuga de divisas

El dólar alto puede corregir un problema crónico: el turismo deficitario

Por Sección Economía

Desde fines del año 2011 y al ritmo del atraso cambiario, el balance turístico argentino ha comenzado a deteriorarse. Mientras que desde la salida de la convertibilidad el sector turístico era uno de los que había ayudado a mantener una posición externa equilibrada (como consecuencia de la mayor llegada de extranjeros al país que de salidas de residentes hacia el exterior), desde hace unos 7 años el sector pasó a representar un elemento más del déficit de la cuenta corriente. Este fenómeno se agravó desde el año 2015 cuando el atraso cambiario llegó a niveles máximos y luego con la liberalización de las compras de moneda extranjera y la eliminación del impuesto al turismo, destaca un informe de Invecq.

Hasta el primer trimestre del año, si bien la llegada de turistas extranjeros al país estaba creciendo, la salida de argentinos lo venía haciendo a un ritmo mayor. Con el abrupto ajuste cambiario que está experimentando la economía, esperamos un cambio de tendencia con una caída en los flujos de argentinos viajando hacia el exterior y, probablemente, una aceleración del crecimiento de los extranjeros visitando el país.

En el último mes, mientras que el turismo receptivo se incrementó de forma interanual un 6,9%, el turismo emisivo se redujo un 4,6%. Observando las proyecciones para los próximos trimestres, obtenemos una tendencia a la convergencia de la balanza en un plazo de dos años aproximadamente. Si analizamos el acumulado de los primeros siete meses del año, la variación interanual sigue siendo mayor en las salidas al exterior (8,7%) que en las llegadas de los turistas al país (5,2%). Sin embargo, eso no tiene en cuenta los efectos de la reciente corrida que se dio desde el mes de mayo y que llevó al dólar a la zona de los $40.

La presente situación cambiaria, sumada a las proyecciones de inflación para este año, afectará sin dudas las salidas al exterior vía un efecto precio e ingreso negativo. El establecimiento de un tipo de cambio más competitivo si bien permite aumentar las exportaciones en el mediano plazo, afecta directamente y de forma más rápida sobre el poder adquisitivo en bienes y servicios internacionales.

Te Puede Interesar