Sofía es psicóloga y desde hace algunos años comenzó a alquilar un pequeño departamento en la Sexta Sección de Ciudad. Según indicó a Sitio Andino, el lugar era chico pero suficiente para vivir y tener un consultorio para atender a sus pacientes.
"Me hice un espacio y dividí con algunos muebles. Lo dejé lo más bonito posible y empecé a atender ahí porque sino tenía que pagar un alquiler de consultorio, lo cual es bastante engorroso porque las personas por ahí te cancelan los turnos el mismo día y uno paga por módulo igualmente", contó la joven.
Además de ser psicóloga, Sofía posee un segundo trabajo para sostenerse, motivo por el cual necesita mantener su consultorio lo más cercano posible a ella. "Encima tengo mascotas", remarcó.
Si bien vivir en un lugar chico no le molestaba, con el tiempo decidió formar una relación. Tras el avance de los meses, ambos consideraron que la mejor idea era convivir. "Mi pareja también alquilaba. Era un dúplex en Godoy Cruz por el que pagaba 50 mil pesos", expresó.
"El tema ahí era que estaban las canchas de fútbol cerca y siempre había mucho griterío hasta la madrugada, por eso tenía ese valor el alquiler. Además, decía que tenía cochera, pero había un árbol que tapaba el ingreso, así que no podíamos ni entrar una bicicleta por ahí", continuó.
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La odisea de los Alquileres: así viven los jóvenes en Mendoza
Con dos alquileres que no les permitían concretar la mudanza en pareja, a fines de junio ambos comenzaron a buscar una casa para vivir. Sin embargo, observaron que los precios "no tenían criterio".
"Nos metíamos a las páginas de alquileres y no había nada. No sabemos el motivo, pero una semana más tarde empezó a llenarse de alquileres, aunque no había criterio. Había departamentos que estaban a 140 mil pesos, con dos habitaciones, y casas a 150 mil con tres habitaciones", expresó Sofía.
La pareja comenzó a visitar las propiedades y observó algunas situaciones. La primera casa, a metros de la Costanera, se veía muy prometedora por las fotos, pero al llegar se encontraron con algo muy diferente. "Era un desastre. Había humedad por todas partes, las ventanas estaban rotas, la madera estaba hinchada, había un olor horrible y las paredes estaban rotas. Esa casa estaba a 200 mil pesos".
La segunda visita fue en un departamento que se encontraba muy cerca del Parque General San Martín. "Esa vez fui sola porque mi pareja es médico y a veces con los horarios del trabajo se le complica".
"Cuando lo fui a ver, la zona era muy fea. Ninguno de los dos tiene auto, entonces tenemos que pensar en los micros y nuestros horarios de trabajo. La verdad es que me daba miedo moverme por ahí, pero el departamento en esa zona estaba a 150 mil pesos. Cuando entré a verlo estaba en muy malas condiciones y no entraba ni un solo mueble de lo chico que era", detalló la joven profesional.
"Se alquila"
Luego de varias búsquedas fallidas, un amigo en común los llamó para avisarles que había visto una casa con un cartel "Se Alquila" en una linda zona de Godoy Cruz. "No encontrábamos nada, por eso habíamos pedido a amigos y familiares que si veían algo, nos avisaran".
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Foto: Yemel Fil
"¡Ese mismo día nos dieron cita y cuando vi la casa, me enamoré! Tiene tres habitaciones hermosas. Además, hay un patio interno y uno externo, con churrasquera, cocina, comedor, dos baños y cochera. Es una zona céntrica y hay negocios cerca", explicó Sofía.
La pareja logró alquilar la propiedad antes de las Elecciones PASO 2023, motivo por el cual obtuvieron un precio "razonable": 180 mil pesos mensuales. Además, remarcan que el contrato lo cerraron antes de que se pensara en la modificación de la ley de alquileres.
"Llegamos justo porque el precio lo congelan por un año. Si hubiéramos llegado después de las elecciones, no sé qué hubiéramos hecho. Nos enteramos que el departamento que alquilaba mi novio antes, ahora está a 150 mil pesos".
Para la joven profesional, la situación de los alquileres en Mendoza se complejiza aún más por la grave inflación y los trabajos mal remunerados. "Con mi novio nos la pasamos trabajando. En la mañana trabajo en una empresa haciendo selección de personal y en la tarde hago consultorio. De verdad, me mato trabajando, y él también porque es residente".
"Llegamos ahí con la plata, y tuvimos que pedir prestado para poder pagar el escribano, los meses de depósito, el sellado. Fueron más de 500 mil pesos y eso que teníamos algunos ahorros. Ahora estamos pagando la deuda de lo que nos prestaron e intentando amoblar de a poco porque está imposible. No nos alcanza y hemos pasado mucho estrés con el tema de los gastos", dijo Sofía.
Y concluyó: "Trabajando todo el día no nos alcanza para alquilar tranquilamente y menos para tener una casa propia. Es más, nosotros queremos tener hijos y no podemos imaginar lo que sería. Apenas llegamos a fin de mes y no podemos ahorrar, ni siquiera para vacaciones". Y concluyó: "Trabajando todo el día no nos alcanza para alquilar tranquilamente y menos para tener una casa propia. Es más, nosotros queremos tener hijos y no podemos imaginar lo que sería. Apenas llegamos a fin de mes y no podemos ahorrar, ni siquiera para vacaciones".