Como cada año, todos los 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, una fecha que homenajea a los seres queridos que han fallecido. Durante esta jornada cientos de personas se acercan a los cementerios para adornar las tumbas con flores.
Como cada año, todos los 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, una fecha que homenajea a los seres queridos que han fallecido. Durante esta jornada cientos de personas se acercan a los cementerios para adornar las tumbas con flores.
El origen de esta celebración es de carácter religioso, de la Iglesia Católica, y se remonta a hace casi 1300 años. El promotor de la medida fue el Papa Gregorio III, que durante el su periodo de pontífice (731-741) glorificó una capilla en la Basílica de San Pedro en honor a todos los Santos.
De esta forma, se buscaba que todos los santos fueran venerados al menos un día al año. Años más tarde, a mediados del siglo IX, el Papa Gregorio IV, en tiempos de Luis El Piadoso (emperador de Occidente y rey de los francos), extendió su celebración a toda la Iglesia en el año 835. Se cree que la fecha elegida, el 1 de noviembre, fue porque coincidía con una festividad de los pueblos germanos, y en aquellos años el objetivo de la Iglesia era eliminar las celebraciones paganas.
El hecho de ser un día en que se honra a todos los santos hace que sea festivo y no laborable. Como norma general, durante este días las catedrales exhiben las reliquias de los santos que hay entre sus muros.
Fuente: AS