En un acto de inmensa solidaridad y que demuestra que es posible seguir siendo humilde a pesar de los triunfos, la boxeadora Yésica Marcos visitó esta mañana el penal de mujeres del Borbollón y les llevó mensajes de esperanza y optimismo.
En un acto de inmensa solidaridad y que demuestra que es posible seguir siendo humilde a pesar de los triunfos, la boxeadora Yésica Marcos visitó esta mañana el penal de mujeres del Borbollón y les llevó mensajes de esperanza y optimismo.
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Pasadas las 11, la boxeadora que el próximo viernes se enfrentará con Marcela Acuña, arribó al penal y fue recibida con una ovación de aplausos y cánticos por las internas, quienes se mostraron muy felices y emocionadas con la visita y le preguntaron todo sobre su vida y su carrera.
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Hace mucho que quiero venir y ahora estoy acá con ustedes. ¿Quieren que veamos quien se la aguanta?, bromeó la boxeadora sacando la carcajada de los internas apenas ingresó al salón principal.
Lo que yo quiero decirles es que igual que para ustedes para mí la vida tampoco ha sido difícil, pero se puede salir adelante y el boxeo o cualquier deporte en general es un camino, una ayuda para eso, indicó Marcos ante la atenta mirada de una treintena de internas.
Acto seguido, la boxeadora (que a estas alturas ya se había mezclado con las presas y era una más entre ellas) invitó a las mujeres a realizar una entrada en calor y a ponerse los guantes para empezar con las piñas.
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Así, entre risas, elogios y algunos golpes de más, Yésica Marcos y Martín Díaz (su entrenador) fueron probando una a una a las internas que se animaron a los guantes (y que en algunos casos lo hicieron más que bien), generando un clima familiar que logró generar la distracción y diversión de las presas.
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Luego del curioso y generoso entrenamiento, Marcos cansó sus manos firmando autógrafos y charló de forma descontracturada con SITIO ANDINO y los demás medios presentes.
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Todos merecemos una oportunidad de sentirnos queridos y ver a las personas que queremos. Cuando me dijeron que estaba la posibilidad de venir acá ni lo pensé y me prendí, indicó la joven estrella.
Entiendo totalmente a estas chicas, porque si no fuera por el boxeo yo no sé donde estaría, esto me ayudó a corregir mi vida y también puede hacerlo con la de ellas, opinó Marcos.
Finalmente, en cuanto al mensaje que la deportista pretendió dejar en las internas, Yésica destacó: Que nunca bajen los brazos, a veces la vida cierra puertas y una se topa con muchas paredes, pero siempre hay por donde salir.
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Así, la joven boxeadora que se supo ganar el cariño de los mendocinos no se olvidó de los más necesitados ni de su origen y prometió, cuando le den los tiempos, volver al penal a dar clases y extender este tipo de prácticas a barrios conflictivos.

