ANUARIO 2012: En el debut del estilo Paco, la estrella fue la cumbre del Mercosur
El encuentro de presidentes fue el hecho político del año. Además, lo de siempre: internas en el PJ y la UCR, intento de reforma constitucional y la llegada de la sintonía fina.
El 2012 será recordado como el año de debut para Paco Pérez, que asumió a mediados de diciembre pero comenzó a plasmar su impronta recién desde enero, como el año de la sintonía fina que el krichnerismo nacional bajó a todas las provincias y supuso el primer intento de moderar el gasto estatal en la era K. Pero principalmente Mendoza lo recordará como el año en que se realizó la cumbre del Mercosur que le permitió a la provincia ser, por unos días, el centro de atención de todo el continente.
Sin dudas, el encuentro realizado a finales de junio en el Hotel Intercontinental ubicado en Guaymallén será el episodio que marcará el año político. Es que Mendoza vivió actividades sin precedentes: en pocas horas arribaron los principales presidentes de la región (Cristina, Dilma, Evo Morales, Pepe Mujica, Sebastián Piñera, Rafael Correa y Ollanta Humala), en medio de un extraordinario operativo de seguridad (sin precedentes para la provincia) y con el objetivo de discutir nada menos que las sanciones a Paraguay tras el golpe institucional que derrocó al presidente Fernando Lugo.
Las grandes cadenas de noticias del continente transmitieron en vivo desde el hotel contiguo al Mendoza Plaza Shopping, donde además de las reuniones presidenciales hubo mitines entre gobernadores, cancilleres y cientos de funcionarios políticos de los distintos países. Todos los hoteles de 4 y 5 estrellas de la ciudad fueron ocupados por las delegaciones, y en Las Heras se convocaron otras miles de personas para la cumbre social.
La noticia de la realización de la cumbre en Mendoza fue confirmada por Cristina a Paco Pérez en febrero. El Gobernador pasó los primeros días como mandatario con absoluta tranquilidad, y un solo episodio vino a alterar el tranquilo transcurrir del inicio de la gestión: la discusión con una joven antiminera que terminó con la muchacha detenida en Casa de Gobierno y un petit escándalo.
La cumbre sería también la única visita de la Presidenta Cristina Fernández a Mendoza durante todo el 2012. La mandataria amagó con venir para la Vendimia, pero delegó la responsabilidad en el vice Amado Boudou (que vino con su novia), y tampoco vino a inaugurar los hornos de Verallia y la pista de aterrizaje en la minera Vale, como se rumoreó en varias oportunidades.
Los otros grandes episodios del año en materia de gestión estuvieron relacionados con el panorama nacional: la estatización de YPF, los bloqueos y los paros de Hugo Moyano, las protestas ciudadanas de septiembre y noviembre.
La gran deuda en materia de gestión para el Gobierno fue no haber avanzado en la reforma constitucional, un proyecto que comenzó a gestarse apenas Paco llegó al sillón de la Gobernación y que fue enviado a la Legislatura en octubre, pero que nunca logró respaldo político opositor.
El control estricto del gasto fue el concepto que atravesó la gestión de Paco durante 2012. Su ministro de Hacienda, Marcelo Costa, se convirtió en uno de los hombres más importantes del Gabinete. Mendoza aplicó la sintonía fina que pidió Cristina desde la Casa Rosada, se sinceró el déficit que se arrastraba de la gestión Jaque, se limitó las contrataciones a cargos autorizados por el propio Paco Pérez, subieron algunos impuestos y se intensificaron las tareas de recaudación.
El resultado: el Gobierno logró llegar a fin de año pese a conseguir menos de la mitad de los 1.500 millones de pesos que la Legislatura lo autorizó a endeudarse. El impacto se sintió en la obra pública: los trabajos estuvieron enfocados en la continuación de la infraestructura en proceso y la construcción de viviendas para paliar el gigantesco déficit habitacional y la mayor deuda de la administración precedente.
En lo estrictamente político, 2012 fue un año típicamente post eleccionario. La política no descansa, y a días de los comicios de octubre y las asunciones de diciembre del año anterior, comenzaron los lentos movimientos de cara a 2013 y 2015.
En el horizonte se avizora un posible cambio drástico: Cristina ya no puede ser reelecta, por lo que o habrá sucesor (¿quién?) o habrá reforma constitucional. También jugó un papel importante la búsqueda del oficialismo local de la reforma constitucional, que va de la mano de los cambios en el sistema de elecciones con la posible implementación de PASO, desdoblamiento, boleta única, voto electrónico y demás posibles cambios.
Con el PD como fuerza de cada vez menor peso y encima profundamente fragmentado, el radicalismo y el peronismo fueron reacomodándose cada uno acorde a su situación.
En el PJ, el punto de quiebre lo dio el lanzamiento de la Corriente Peronista, con el vice Carlos Ciurca a la cabeza, que configuró el primer espacio interno concreto en condiciones de disputarle la supremacía a los históricos azules. La respuesta fue insólita: desde los despachos adyacentes a Paco Pérez, algunos de sus asesores fogonearon la aparición de un tercer sector encabezado por los hermanos Félix de San Rafael pero con varios aliados.
La jugada terminó por moderar el poder de Ciurca y la Corriente, de los azules e insertar al propio tercer sector en el juego, y le permitió a Paco Pérez ponerse por encima de los espacios, ser el conductor del partido y el hombre de mayor incidencia en todas las decisiones del oficialismo, lugar que, por la falta de aparato propio, en algún momento se temió que ocupara.
Paralelamente fue creciendo puertas adentro del oficialismo el espacio Unidos y Organizados, la mesa de agrupaciones kirchneristas encabezada por La Cámpora que se prevé que tenga un lugar cada vez mayor en el PJ (en las listas y en la toma de decisiones) al menos mientras Cristina Kirchner y los suyos mantengan la supremacía en el justicialismo.
En el radicalismo, en tanto, la división de los espacios internos estuvo específicamente marcada por la eventual cercanía de Cornejo, Fayad e Iglesias al peronismo. El godoycruceño, dueño de la mayor parte del aparato y con una supremacía abrumadora en la estructura interna provincial, comenzó el año en un tono amistoso con el Ejecutivo, paso a ser un opositor acérrimo durante los últimos meses pero terminó de nuevo de buenas con el PJ hacia el final del año firmando la paz y el acuerdo por el presupuesto, siempre con Julio Cobos (quién antes de promediar el año se lanzó como candidato para el Congreso en 2013) como aliado.
En el medio, volvieron a emerger las heridas que no cerraron desde la fractura del partido en épocas de la Concertación. Fayad, acérrimo enemigo interno de Cornejo, continuó permanentemente en su postura reacia a las decisiones de su vecino, pero también Roberto Iglesias planteó en público sus diferencias respecto tanto de la negativa a discutir el presupuesto como del rechazo categórico del cornejismo a la reforma constitucional.
Las internas, claro, se acentuarán durante la primera mitad del 2013, como sucede cada vez que deben cerrarse las listas de cara a las elecciones. En la distribución de fuerzas y la estrategia de cada espacio influirá notablemente el destino de la reforma electoral. A priori, el panorama sería el siguiente: el radicalismo de Cornejo apostando todo a la candidatura de Julio Cobos, Fayad e Iglesias tratando de disputarle el control del partido, el oficialismo desdoblando los comicios para asegurarse el control de la legislatura y el kirchnerismo nacional decidiendo las listas peronistas al Congreso tratando de hacer equilibrio entre los sectores K y el PJ tradicional, cada vez más amenazante de pasarse al sciolismo si éste se convierte en una alternativa concreta para el 2015.