A nivel país, en los primeros cuatro meses de 2019 no se observa un cambio sustancial en las exportaciones totales, mientras que sorprende la caída en algunos rubros, como los productos industriales. Sin embargo, en ese periodo todavía no aparecen las ventas fuertes de oleaginosas (soja) y cereales, que presentan un muy buen pronóstico para este año. A nivel de Mendoza y aunque no se cuentan con datos oficiales totales, desde el Ieral de la Fundación Mediterránea estiman que las exportaciones provinciales se mantienen relativamente estables a inicios de este año. Hay una leve mejora en vinos, principal producto exportado, con un aumento del 3% en dólares, con menores precios promedio y mayores cantidades, especialmente en granel. Los mostos (o jugos de uvas) presentan un mayor incremento (34%).
En otro rubro, el ajo, se observa que Brasil, principal cliente, está importando menos ajo argentino, con caída en cantidad y en precios en dólares. Todo esto repercute en los números generales.
En este contexto, ¿está Mendoza entre las provincias más exportadoras? No, según el ratio "exportaciones / PBG". Entre las más exportadoras, están aquellas que se hallan en la región Pampeana, con su espectacular agro y ganadería, y también están aquellas que cuentan con un "gran producto", como el petróleo en la Patagonia (con la llamativa excepción de Neuquén), el oro en San Juan y el cobre en Catamarca.
¿Por qué exporta poco Mendoza? Entre las varias razones, una es que dos de sus principales productos (vinos y petróleo) se destinan en gran parte al mercado interno. Casi todo el crudo extraído en Mendoza se industrializa en la provincia, y sus derivados se venden dentro del país (algo similar ocurre con Neuquén). En vinos, aproximadamente dos tercios de los vinos elaborados se consumen internamente.
No hay una diversificación de la matriz productiva que permita un crecimiento mayor de las exportaciones. Y esto no es de ahora.
En los últimos veinte años, Mendoza tuvo menor dinamismo exportador que el promedio del país. Llamativo dado el boom exportador de vinos observado luego del periodo 2003-2010. Hay un par de explicaciones a tener en cuenta.
La primera es que, antes, las exportaciones mendocinas estaban concentradas en petróleo (eran la mitad en el año 2000) y luego se desvanecieron. Algo similar a lo visto en Neuquén. Excluyendo ese producto, mejora sustancialmente la dinámica exportadora de Mendoza.
La segunda explicación está en que los precios de los principales productos exportados por Argentina (oleaginosas y cereales) tuvieron un espectacular aumento durante la segunda mitad de la década pasada, algo que no aconteció con productos exportados desde Mendoza. Es decir, una parte importante de la buena performance exportadora argentina en la década anterior estuvo más vinculada con los altos precios de commodities agrícolas.
Desafíos
Pensando en la posibilidad de un boom exportador desde Mendoza, hay algunos puntos a considerar, sostienen desde el Ieral de la Fundación Mediterránea. Por un lado, a nivel nacional se requieren condiciones macroeconómicas más estables y que favorezcan al sector exportador. Por otro lado, desde una mirada regional, Mendoza no está entre las provincias más exportadoras (buena parte de sus dos principales productos se destinan al mercado interno).
Comparando con otras provincias que sí tuvieron ese salto exportador, es conveniente hacer algunos comentarios. A simple vista, hay dos grupos. El primero se vio beneficiado por la aparición de un producto muy rentable (oro en San Juan, cobre en Catamarca, quizá pronto litio en Jujuy), generalmente vinculados a la minería. El segundo grupo es aquel que sigue produciendo un mismo bien, pero con cambios en su manera de producir (como podrá ser pronto el petróleo en Neuquén, en donde se recurren a nuevas técnicas para obtener el shale oil y gas).
También el caso de que se innove en el bien a vender. Este fue el caso del vino en Argentina, en especial en Mendoza. Es la historia conocida, con un consumo en caída, y que obligó a modernizarse en todo sentido (máquinas, gerenciamiento, marketing), pasando a ofrecer vinos que compiten con los grandes productos mundiales, y así generando el boom exportador de la década anterior. Ahora, una vez descubierto el producto o realizada la innovación, en un primer periodo la provincia beneficiada presenta muy buenos indicadores en exportaciones y en actividad económica, pero una vez alcanzado el mayor nivel, luego vuelve a crecer a ritmo normal, similar al promedio nacional. Además, lo ideal sería lograr un salto exportador más diversificado. Es más fácil en regiones con abundancia de recursos, como la Pampeana. Depender de un solo producto, como en el caso de las "muy petroleras o mineras", tiene el problema de ser muy vulnerables a oscilaciones, especialmente en sus precios internacionales.