El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, defendió el modelo productivo de inclusión implementado en la Argentina desde 2003 y convocó a los trabajadores a "avanzar con objetivos de cohesión para enfrentar la crisis financiera mundial" ya que, dijo, "los recortes de gastos sociales y la flexibilidad no son salida".
Al clausurar el V Congreso de la Federación Internacional de Sindicatos de la Química Energía, Minas e Industrias Diversas (ICEM), que se realizó en Buenos Aires con la presencia de unos 800 dirigentes de los cinco continentes, Tomada llamó a "que se busquen ideas para enfrentar las políticas de ajuste desde quienes representan la economía real" a nivel global.
"Ante una crisis económica financiera de empleo que amenaza a los trabajadores, es necesaria la reflexión conjunta como requisito indispensable para cualquier política sindical", advirtió ante más de cien congresales que se reunieron en Buenos Aires desde el pasado jueves para analizar la situación de los trabajadores y elegir autoridades.
Tomada resaltó el papel del sindicalismo como "una de las legítimas herramientas de los trabajadores para intervenir en la vida política de un país", y alentó las "propuestas de negociación para mejorar la seguridad en el trabajo".
Al referirse a la crisis mundial, a la que calificó como "la más grave desde 1930", el titular de la cartera laboral afirmó que "los recortes de gastos sociales y la flexibilidad no son salida para la crisis" y que, en cambio, "profundizan la desigualdad y el retroceso de conquistas".
"La crisis no debe ser excusa para un retroceso en la calidad del trabajo", remarcó ante el aplauso generalizado de los congresales reunidos en un hotel céntrico.
Tomada defendió el modelo impulsado por el ex presidente Néstor Kirchner y continuado por Cristina Fernández de Kirchner, al señalar que "defiende los derechos de los trabajadores, la igualdad y la justicia social".
"El empleo y la producción están en el centro de las preocupaciones políticas del Gobierno para enfrentar la crisis, y este es un punto clave para lograr el objetivo del modelo", insistió.
Al aludir a las políticas financieras que por estos días subordinan a las naciones, consideró que "las recetas fracasadas de los organismos internacionales como el FMI que favorecen al sector financiero, atentan contra la noción de coherencia de políticas sociales y pueden tornar en procesos de desarticulación social".
En ese contexto, planteó "avanzar más con la confianza de los pueblos y no tanto de los mercado, y consideró que "el desafío es avanzar con objetivos de cohesión para impulsar medidas contracíclicas".
En otro tramo, Tomada destacó las políticas del Gobierno y aseguró que "el empleo se crea con políticas educativas, de inclusión, garantizando un piso de protección social, y con políticas activas para los jóvenes".
En ese sentido, destacó como "objetivo del modelo" la "instrumentación de políticas que deben converger hacia la inclusión social, el crecimiento con trabajo decente" y agregó que "estas ideas las sostenemos en todos los foros: ante empleadores, líderes del mundo, la OIT, la OEA, y en el G20".
Tomada estuvo acompañado por el titular de la CTA, Hugo Yasky; Pedro Wasiejko del gremio del neumático; y Alberto Roberti de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles.
La ICEM reunida en Buenos Aires desde el 24 de noviembre, tuvo como temas centrales la problemática laboral de los trabajadores tercerizados, planteó pautas por el cambio climático y las nuevas fuentes alternativas, y reeligió a sus autoridades.
El secretario general reelecto, Manfred Warda, elogió durante su intervención el plan social del gobierno argentino y destacó que "el gasto público y el poder del consumidor son los factores que impulsan el crecimiento económico y la prosperidad, manifestado en el aumento del 25 por ciento del salario mínimo, que amplió los mercados de exportación y ofreció incentivos a fabricantes".