El primer ministro de Francia, Manuel Valls, justificó este lunes ante los Diputados la necesidad de reforzar los poderes de los servicios secretos para evitar nuevos atentados como el de Charlie Hebdo, al iniciar el debate de una controvertida ley de seguridad mientras centenares de personas reclamaban frente al Parlamento que el gobierno socialista frene la "vigilancia de masas".
"De ninguna manera, este proyecto no es un aparato de vigilancia policial de la población. Pero necesitamos readaptar de forma urgente nuestras medidas de vigilancia", aseguró Valls sobre la ley de los servicios secretos, que por un procedimiento acelerado será debatido hasta el jueves.
"El proyecto define la misión de los servicios secretos (interior, exterior, militar, aduanero), la prevención del terrorismo y la defensa y promoción de los intereses económicos, industriales y científicos mayores de Francia bajo el control de una nueva autoridad independiente", añadió Valls.
El gobierno del presidente Francois Hollande, que posee mayoría propia en el Parlamento, da por descontada la aprobación del texto, dado que la oposición conservadora también apoya sin reservas el proyecto de ley.
"La guerra contra el terrorismo necesita que dejemos de lado las rencillas partidarias, exige la unidad nacional. Por eso, apoyaremos este proyecto de ley", expresó en el Parlamento, el diputado Eric Ciotti de la Unión por un Movimiento Popular (UMP).
Sin embargo, el texto es resistido por los partidos de centro, la alianza ecologista y la ultraizquierda, quienes temen que "procesos excepcionales sean utilizados en el derecho común", según sostuvo el ex ministro de Defensa Hervé Morin, de la Unión de Demócratas Independientes (UDI), en la radio RTL.
Asimismo, decenas de ONGs, entre ellas Amnistía Internacional y la Federación Internacional de los Derechos Humanos, más el Consejo de la Magistratura y el sindicato de abogados formaron hoy un Observatorio de la Libertades Digitales y se manifestaron frente al Parlamento para reclamar el retiro del proyecto de ley.
El proyecto es una de las respuestas legislativas al ataque islamista a Charlie Hebdo del 7 de enero, pero había sido decidido en julio de 2014, recordó el diario Le Monde, que criticó fuertemente la labor de los servicios secretos por no impedir el atentado al semanario satírico y a un supermercado judío, dos días después.
El vespertino precisa que Francia es "la única democracia occidental" en no contar con un marco legal para su política de servicios secretos, por lo que deja operar "en zonas grises" a sus agentes, por lo que fue condenado en numerosas ocasiones por la Corte Europea de Derechos Humanos.
En tanto, el Consejo Nacional de Informática advirtió hoy mediante un comunicado que el texto presentado por el premier Valls "lleva a una vigilancia de masas" que "demostró una ineficacia extrema en los Estados Unidos", en alusión a las practicas de la NSA, reveladas por Edward Snowden.