El ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ingresó este martes a la prisión parisina de La Santé para cumplir una condena de cinco años por asociación ilícita y financiación ilegal de campaña. Se trata del primer ex jefe de Estado francés que es encarcelado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, un hecho que marca un precedente en la política del país.
Un hecho sin precedentes en la historia política francesa
A primera hora, el ex mandatario abandonó su residencia en París acompañado por su esposa, Carla Bruni, y su equipo de abogados. Un operativo especial de seguridad escoltó el vehículo hasta el penal, mientras decenas de simpatizantes lo despidieron con banderas tricolores y gritos de apoyo. “No es un ex presidente de la República quien está siendo encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente”, expresó Sarkozy al llegar al centro penitenciario.
Alors qu'il s'apprête à passer sa première nuit à la prison de la Santé, Nicolas Sarkozy a été aperçu au bras de sa compagne Carla Bruni sortant de son domicile ce mardi. pic.twitter.com/LQmfWXNUsg
El tribunal determinó que el político, quien gobernó entre 2007 y 2012, participó en una estructura destinada a captar fondos no declarados procedentes del régimen de Muamar Gadafi en Libia, utilizados para financiar la campaña presidencial de 2007. Aunque la justicia no probó que Sarkozy recibiera directamente el dinero, sí lo consideró responsable de haber permitido la operación.
La defensa habla de persecución judicial
El fallo, emitido en septiembre, dispuso su encarcelamiento inmediato, sin esperar el resultado del recurso presentado por su defensa. Los abogados del ex presidente denunciaron que su cliente es víctima de una “persecución judicial” y calificaron la causa como “un escándalo político sin precedentes”.
El ex mandatario insistió en su inocencia: “La verdad triunfará. Pero el precio a pagar habrá sido demoledor”, señaló en un comunicado difundido poco antes de ingresar a prisión.
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Nicolas Sarkozy en mayo de 2023, luego de que la justicia francesa lo condenara a tres años de prisión y uno de cumplimiento obligatorio en un caso llamado de las "escuchas".
Mientras espera la resolución de su apelación, Sarkozy fue alojado en una unidad de aislamiento destinada a figuras de alto perfil, con condiciones especiales que incluyen celda individual, ducha privada y acceso limitado a teléfono y televisión. La medida busca garantizar su seguridad y evitar el contacto con otros reclusos.
Reacciones y repercusiones en la política francesa
La noticia sacudió el escenario político francés y reabrió el debate sobre la ética en la dirigencia. Según medios locales, el presidente Emmanuel Macron mantuvo una reunión privada con Sarkozy días antes de su reclusión, aunque desde el Elíseo evitaron comentar el contenido del encuentro.
El juicio en apelación se celebrará en los próximos meses, y podría modificar el cumplimiento efectivo de la pena. Mientras tanto, la imagen de uno de los líderes más influyentes de Francia en las últimas décadas queda marcada por un proceso que, según sus propias palabras, “ha llevado el odio a un nivel sin precedentes”. Fuente: Infobae, TN.