El mundo de la jardinería tiene plantas que, con el cuidado adecuado, pueden transformar cualquier espacio. La cala, también conocida como lirio de agua, es una de ellas. Elegante, purificadora y con un porte exótico, puede florecer de forma abundante si seguís ciertos trucos clave. No es una planta difícil, pero sí exige constancia y atención.
Luz, temperatura y humedad: las claves invisibles
Para que la cala luzca en todo su esplendor, necesita claridad pero no sol directo. Lo ideal es ubicarla cerca de una ventana luminosa con una cortina que filtre los rayos intensos, o bien en un espacio semisombreado si está en exterior. Además, esta planta tropical disfruta de ambientes templados y con buena humedad, por lo que hay que evitar las corrientes de aire frío y los cambios bruscos de temperatura.
Una técnica simple para aumentar la humedad es colocar la maceta sobre un plato con agua y piedras, sin que el fondo toque el agua. También ayuda agruparla con otras plantas para generar un microclima más húmedo. En climas secos o con calefacción, rociar suavemente sus hojas puede marcar la diferencia.
flores de cala.png
Jardinería: el secreto mejor guardado para que tu planta de cala florezca con fuerza todo el año
Riego correcto y fertilización: el equilibrio perfecto
Uno de los errores más comunes es el exceso de agua. La cala necesita riego moderado y buen drenaje, sobre todo en primavera y verano. Tocá el sustrato: si la capa superior está seca, es momento de regar. Durante el otoño e invierno, reducí la frecuencia, ya que entra en una etapa de reposo natural.
En cuanto a la nutrición, es fundamental para que florezca bien. Aplicá fertilizante líquido para plantas con flor una vez al mes, especialmente en la temporada cálida. Evitá hacerlo en invierno o cuando la planta esté débil, y no excedas la dosis para prevenir acumulación de sales en la tierra.
flor de cala de cerca.png
Jardinería: el secreto mejor guardado para que tu planta de cala florezca con fuerza todo el año
Mantenimiento y prevención de plagas: gestos que suman
Un truco que pocos aplican es limpiar las hojas con un paño húmedo para que respiren mejor. Además, retirá las hojas marchitas y las flores secas desde la base: esto evita hongos y estimula nuevas floraciones. La cala no suele ser muy atacada, pero si aparecen pulgones o cochinillas, el jabón potásico o el aceite de neem son aliados eficaces y naturales.
Con estos cuidados, la planta de cala no sólo florecerá de manera abundante, sino que también contribuirá a purificar el aire del ambiente. Colocala en espacios como el living o el dormitorio y notarás la diferencia. En jardinería, la constancia es clave, y esta especie recompensa con belleza y elegancia a quienes la cuidan con dedicación./El diario de Carlos Paz.