Lobesia: para no importar, prevén producir feromonas en Mendoza
La campaña 2022 de la plaga debe iniciar en setiembre, pero los insumos para 26 mil hectáreas aún no llegan. Iscamen usaría su bioplanta de Santa Rosa para ese fin
La Provincia de Mendoza avanzará en la campaña contra la Lobesia botrana con fondos propios.
Primero fue la demora en asegurarse los fondos nacionales para afrontar la campaña. Ahora, con casi $960 millones asegurados para la región (a Mendoza le corresponden algo más de $600 millones) por parte de Senasa que completan un presupuesto global de casi $1.500 millones, el programa de Combate y Erradicación de la Polilla de la Vid (Lobesia Botrana) para la campaña 2022-23 sigue en vilo por otro factor: por restricciones a la importación aún no llegan las feromonas, insumos claves, a poco más de 1 semana de ponerse en marcha.
Es que el ciclo biológico de la plaga no espera. En el Iscamen (Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza), tienen claro que durante la primera quincena de setiembre debería arrancar la colocación de trampas y difusores de fermonas de confusión sexual, la técnica utilizada para neutralizar al insecto en al menos 26 mil hectáreas de viñedos. Con insumos provistos por 2 multinacionales (la alemana BASF y la japonesa Shin-Etsu) en viaje todavía, se abre otra posibilidad.
"Es el programa más importante que llevamos adelante. Frente a la situación y las limitaciones actuales estamos analizando la posibilidad de empezar a producir fermonas en Mendoza, algo que igualmente no es fácil de concretar", reconoció el presidente de Iscamen, Alejandro Molero, respecto al proyecto que cuenta de antemano con infraestructura y experiencia para ejecutarlo.
Desde hace más de 20 años funciona en Santa Rosa la llamada Bioplanta, donde se producen millones de insectos estériles para combatir la Mosca del Mediterráneo, otra plaga añosa que de esa manera se intenta mantener a raya. El mismo complejo puede funcionar, según Molero, para la producción de la sustancia, aunque, al estilo de la vacuna rusa anti-Covid Sputnik, también dependerá de conseguir la materia prima necesaria en tiempo y forma.
La bioplanta tiene trascendencia internacional, dado que también "exporta" material esterilizado a otros países que lidian con la plaga, como Chile, Marruecos y Bolivia. E incluso, como anticipó el funcionario, en los planes está avanzar con desarrollos para proteger la salud humana, puntualmente con el combate del dengue, zika y chingungunya.
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Se necesita distribuír este tipo de difusores de hormonas de confusión sexual en 26 mil hectáreas de viñedos este año
Una campaña que no será la ideal
Mientras tanto, algunos números sirven para dimensionar el alcance que puede llegar a tener la campaña anti Lobesia 2022. Una temporada que contará con alrededor de $1.500 millones en total ($835 millones aportados por Mendoza y $635 millones de Nación), algo más de u$d 10,4 millones al tipo de cambio oficial.
Así, sobre 130 mil hectáreas de viñedos en Mendoza, los oasis más castigados y con mayor riesgo son el Norte-Este con 15 mil hectáreas (sobre unas 100 mil en manos de 6.900 productores, y también el Sur, donde unas 16.000 hectáreas se reparten en alrededor de 2.400 unidades productivas.
Allí se van a concentrar las acciones que combinan la colocación de difusores y trampas con feromonas, la aplicación floable de las mismas (vía aérea) y el uso de insecticidas orgánicos, alternativamente en función de la zona y disponibilidad de recursos. El objetivo es llegar a tiempo para atacar en el llamado 1er vuelo al insecto, que en ésta época se encuentra en estado de pupa.
Para Guillermo Azín, coordinador del Programa, existe una brecha entre la campaña actual y una ideal. "La situación ideal sería contar con un presupuesto de u$d 25 millones para cubrir toda la superficie vitícola de Mendoza con insecticidas y feromonas. Y poder prever con anticipación todo lo necesario, para iniciar la temporada entre febrero y marzo", precisó el profesional.
El mayor presupuesto se aplicó en el ciclo 2017-18 (unos u$d 17 millones), pero desde ahí, sin fondos asignados por ley, los aportes de Nación y Mendoza entraron en altibajos y con eso un crecimiento de la plaga. Azin señala cierto "relax" en temporadas anteriores como la 2018-19, cuando el nivel de captura de insectos alcanzó su piso en la última década. Coincide con el aporte dispuesto en esa época a productores de más de 20 hectáreas ($1.500/ha) para reforzar el presupuesto, que apenas alcanzó una recaudación del 37%.
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Por eso, lejos de las condiciones ideales, por presupuesto y también tiempos ¿Servirá para bajar la presión de la plaga, o solamente habrá que conformarse con una barrera de contención del insecto?.
Con unas 4.000 trampas por ubicar (a razón de 350/hectárea) y el complemento de insecticidas en el resto de los viñedos, la cobertura posible estará "cerca del 30% de lo óptimo" pretendido.
No obstante, las posibilidades y la relación costo-beneficio están delimitadas por lo que se llama "umbral de daño económico" para los productores. Un umbral que, en plena campaña 2022, ubica el gasto en aplicación de insecticidas en u$d 30 por hectárea, y puede alcanzar los u$d 150 si se incluye el costo de las feromonas.
Con todo, hasta último momento las gestiones con los proveedores siguen. Azín explica que "se está intentando que incrementen la oferta para extender la superficie a más de 26 mil hectáreas".