¿Qué tiene de novedoso la actitud del presidente Javier Milei en el comportamiento de los influencers en el mundo financiero o incluso en su propia historia? La respuesta es contundente: nada. Lo novedoso es que ahora es Presidente de la Nación.
Los posteos de Javier Milei que consolidaron la estafa con las criptomonedas no fueron otra cosa que el viejo truco financiero del pump and dump.
¿Qué tiene de novedoso la actitud del presidente Javier Milei en el comportamiento de los influencers en el mundo financiero o incluso en su propia historia? La respuesta es contundente: nada. Lo novedoso es que ahora es Presidente de la Nación.
En el laberinto del mercado bursátil, el "pump-and-dump" o "inflar y pinchar" es una táctica que ha ganado notoriedad y masificación gracias al poder de las redes sociales, pero, de nuevo, no tiene nada de nuevo. En la era analógica se realizaba a través de periodistas y medios de comunicación.
Esta estrategia, que en su esencia es una forma de manipulación de mercado, en la nueva era se ha convertido en un terreno fértil para influencers financieros que buscan beneficios rápidos y a menudo ilícitos. De hecho, Javier Milei ya lo hizo en dos oportunidades anteriores, que terminaron de la misma manera.
El modus operandi es sencillo pero efectivo: un influencer recomienda acciones (ahora criptos) de bajo costo o de empresas recién creadas, promueve fervientemente estas acciones en plataformas como YouTube, TikTok, Instagram, Reddit, Twitter, Telegram o Facebook, generando un aumento artificial en su precio (pump). Una vez que el precio ha subido lo suficiente, el influencer o sus contratantes vende rápidamente sus acciones (dump), dejando a los seguidores compradores con títulos sobrevaluados que luego caen en picada.
Estos influencers, a menudo disfrazados de gurús financieros, se centran en empresas con baja capitalización de mercado, conocidas como "penny stocks". La manipulación de estos valores es más evidente debido a su escasa liquidez, lo que permite que un aumento temporal en la demanda pueda inflar considerablemente el precio antes de que la burbuja estalle.
El método es tan viejo que puede embaucar a Don José, pero jamás a un economista “especialista en crecimiento con o sin dinero”, doctor honoris causa y presidente de un país.
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Hace un tiempo, el profesor Eric Chaffee de la Universidad de Toledo, especialista en regulación de mercados de valores, señaló a BBC Mundo la dificultad de probar intencionalidad en estas manipulaciones: "Es muy difícil demostrar que hubo un esfuerzo concertado con la intención de engañar". El anonimato que ofrece internet agrava estas prácticas, erosionando la confianza en los mercados financieros.
El caso de GameStop en 2021, donde usuarios de Reddit manipularon el precio de las acciones para contrarrestar posiciones cortas de fondos de inversión, es un ejemplo notable de cómo el pump-and-dump puede tomar dimensiones masivas. Sin embargo, a diferencia de los esquemas tradicionales, aquí los participantes actuaban en parte como una forma de protesta financiera.
Andrei Polgar, fundador de One Minute Economics, describe el fenómeno como una "megatendencia" donde la especulación se ha vuelto más accesible y rampante, exacerbada por la crisis económica post-pandemia. Polgar advierte sobre la cultura de inversiones dudosas que se ha fomentado en redes sociales, donde influencers como Dave Portnoy de Barstool Sports han creado una narrativa de enriquecimiento rápido.
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Como dijimos, el mundo de las criptomonedas se incorporó rápidamente a esta tendencia. Una investigación de la Universidad de Tecnología de Sídney reveló 355 casos de pump-and-dump en criptomonedas, organizados principalmente a través de Telegram, con distorsiones de precio y volúmenes de negociación que generan millones en ganancias para los manipuladores.
Un caso con alguna similitud al de Javier Milei fue protagonizado por la famosísima Kim Kardashian. La modelo e influencer promocionó en su momento la cripto EthereumMax en sus redes sociales como si fuera de unos amigos; sin embargo, había cobrado un cuarto de millón de dólares. La Comisión de Valores estadounidense terminó condenando a la modelo a pagar una multa de 1.3 millones por haber promocionado la cripto sin aclarar que era una publicidad y cobrando por ello.
La lucha contra estas prácticas es desigual debido a la falta de regulaciones estrictas y a la naturaleza descentralizada de muchas plataformas digitales. Mientras los escasos reguladores continúen haciendo la vista gorda, los inversores noveles quedan expuestos a riesgos significativos, cayendo en la trampa de promesas de lucro fácil. Mal que le pese a muchos, la educación financiera y una mayor vigilancia regulatoria son cruciales para proteger a los inversores y mantener la integridad de los mercados.