El durazno es una fruta de gran relevancia para la provincia por su aporte a la economía regional. De hecho, el sector agroindustrial vinculado al durazno constituye un polo productivo de alto impacto socioeconómico, ya que genera una significativa demanda de mano de obra y es fuente directa de empleo.
En este marco, la provincia de Mendoza se destaca por concentrar la mayor producción nacional de duraznos, los cuales tienen dos destinos industriales fundamentales: la elaboración de conservas y la producción de pulpas. Se trata de un cultivo que se desarrolla principalmente en el Valle de Uco y que constituye un motor económico para cientos de productores, empresas agroindustriales y mano de obra rural e industrial.
“En Mendoza está prácticamente el 100% del durazno para industria que se produce en el país. Esto nos convierte en líderes nacionales y en un jugador importante en el ranking mundial, donde ocupamos entre el octavo y el décimo lugar”, explicó José Luis Giuliani, presidente de la Federación Plan Estratégico de Durazno para la Industria (FePEDI).
Tasa autoimpuesta para financiar proyectos
De acuerdo a Giuliani, uno de los ejes centrales que sostiene la actividad es el esquema de financiamiento que administra la Federación. Giuliani explicó que se trata de una tasa autoimpuesta por los propios productores e industriales, establecida por ley.
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La producción de durazno es una de las más importantes en la provincia de Mendoza
“Cada tonelada procesada aporta $700: la mitad la pagan los productores y la otra mitad la industria. Con las 130.000 toneladas que se procesaron, eso significa unos 90 millones de pesos. La forma legal que tiene el Gobierno de canalizar esos aportes es a través de decretos que aparecen como subsidios, pero en realidad es dinero generado por el propio sector”, detalló.
Este mecanismo, que se cobra sobre el volumen procesado, garantiza la creación de un fondo común destinado a proyectos estratégicos para la cadena del durazno.
Aportes del durazno para el desarrollo de la actividad
Los recursos administrados por FePEDI se traducen en acciones concretas que impactan directamente en la producción. Giuliani enumeró algunos de los destinos principales:
Red de estaciones meteorológicas: se instalaron 27 equipos que transmiten datos en tiempo real, disponibles para todos los productores.
Capacitaciones: se organizan cursos y talleres dirigidos al durazno de industria;
Trabajo de prospectiva: se está desarrollando un estudio a largo plazo que permitirá analizar escenarios futuros y definir estrategias para el sector.
Participación en ferias internacionales: el aporte de FePEDI permite que representantes de Mendoza asistan a eventos globales, como la feria de Cantón en China, donde se observa la situación del durazno a nivel mundial.
“Todo lo que recaudamos vuelve a los productores y a la industria en forma de servicios, información y herramientas. Es un dinero que se reinvierte en el sector”, subrayó Giuliani.
Una actividad con historia y desafíos actuales
El durazno para industria en Mendoza es una de las actividades que más se destaca en la provincia. Sin embargo, se encuentra frente a desafíos –al igual que otras actividades de la economía regional– vinculados a la baja rentabilidad, los elevados costos de producción, entre otros factores.
En este marco, el presidente del FePEDI advirtió: “Aquí no se trata sólo de los productores, también la industria está trabajando en números muy ajustados, incluso negativos. Es una situación difícil, porque ambos eslabones de la cadena están en problemas. Y si a eso se suma alguna contingencia climática, la situación se puede volver crítica”.
Planificación y mirada de futuro
FePEDI considera que la clave para la supervivencia y el crecimiento del sector es la planificación estratégica. El trabajo de prospectiva que se está llevando adelante busca responder preguntas fundamentales: cómo se proyecta la demanda mundial, qué oportunidades hay en los mercados internacionales y cómo sostener la rentabilidad en el tiempo.
“Queremos ver cómo está parado el durazno de Mendoza a nivel mundial y hacia dónde podemos crecer. El sector es parte de la identidad productiva de la provincia y debemos garantizar que siga siendo competitivo en el futuro”, señaló Giuliani.
El durazno: un motor para Mendoza
La cadena productiva genera empleo rural en época de cosecha, puestos en la industria procesadora y movimiento en servicios asociados, como transporte, logística y comercio.
Además, el producto mendocino abastece tanto al mercado interno —conservas, pulpas y otros derivados— como a mercados externos, donde la provincia ha ganado un lugar de destacada relevancia.
En definitiva, se trata de una fruta que motoriza la economía regional y que forma parte integral de la identidad agrícola local.