Mientras siguen los faltantes y cupos al gasoil, las estaciones piden suba de comisiones a las petroleras

Por Miguel Flores.

Los faltantes/ quiebres de stock de gasoil en las estaciones de servicio de Mendoza, y la consecuente aplicación de cupos a la venta, cumplieron una semana. Y aunque todavía no se ve la luz al final del túnel, la crisis que combina la disparada de precios internacionales del petróleo y su correlato en el mercado local, suma algunos condimentos que la vuelven más "picante": uno de ellos es un ajuste de comisiones que YPF y sus competidoras paga a los expendedores, por ahora en veremos.  

Es que el diagnóstico es parecido a la "tormenta perfecta". Con la última suba de hasta el 14% en los surtidores del Gran Mendoza no solamente hubo transferencia de la demanda (quienes cargaban premium volvieron a "bajar" al combustible más barato), sino que que las compras se redujeron. Cada vez menos mendocinos llenan el tanque, y la rentabilidad de las estaciones acusa recibo. 

Así lo reconocen desde Amena (Asociación Mendocina de Expendedores de Nafta y Afines), en medio de las luces de alerta que motivaron el planteo a las petroleras. Aseguran que el márgen bruto promedio oscila entre el 9 y 10% y urge acomodarlo para mantenerse por encima de la línea de flotación.

Según el titular de la cámara empresaria, Isabelino Rodríguez "si bien lo sienten más algunas estaciones de ciertas zonas, sobre todo las más pequeñas, la transferencia de la demanda viene dándose desde hace tiempo con la inflación. Hoy, incluyendo las apps que tienen las petroleras, la mayor infraestructura administrativa que se requiere y los costos crecientes de personal y electricidad hacen que haya que aumentar las comisiones entre 2 y 3 puntos como mínimo". 

El planteo sigue otro carril paralelo, a través de CECHA (Confederación de Expendedores de Combustibles e Hidrocarburos de Argentina) de la que Amena forma parte y donde Rodríguez es secretario, orientado al propio Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, y con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para "mostrarle los números del sector, que tiene toda su gente en blanco y es importante para la economía, y sufre esta crisis energética que ya es una endemia".

Sobre la mesa los empresarios ponen la coyuntura nacional (los desequilibrios internos, la falta de inversiones) agravada por la situación internacional a partir del conflicto bélico que involucra a Rusia, un poderoso jugador para el negocio hidrocarburífero en el mundo. Aseguran que el pedido ya está en manos de YPF, que aún no responde al pedido.

La "frazada corta" y precios en la mira

Mientras tanto ¿hay un criterio general para administrar los volúmenes o poner cupos a la venta frente a la demanda actual? 

"Obviamente, se pueden producir asimetrías cuando como en este caso la sábana es corta, pero depende de cada estacionero en particular. La cámara no tiene un criterio general; en todo caso no es una estrategia comercial sino de la necesidad, porque estamos hablando de rentabilidades muy acotadas y menor cantidad de producto para ofrecer", remarcó el presidente de Amena.

En medio de este panorama, si el planteo prospera ¿podría la pretensión del eslabón comercial ser otro factor que sume presión sobre los precios en surtidor?. Tal vez sí

Como siempre, las petroleras (con YPF a la cabeza) no lo anticipan. Pero, por lo pronto, en algunos puntos de venta, mientras hacen equilibrio para estirar sus stocks de gasoil todo lo posible, reconocen que se viene un nuevo cambio en las pizarras.

"No sabemos cuándo. Pero dicen que va a ser de un 7 u 8%" comentó el responsable de turno de una de las estaciones con mayor movimiento del Gran Mendoza, donde se aferran al argumento del "descalce" entre las cotizaciones internacionales del crudo y las del país.

Sin embargo, no es la única salida que se baraja para normalizar el abastecimiento. Más allá del resorte del Gobierno para intervenir con un barril "criollo" (para algunos improbable mientras se estudie un recorte de subsidios), los empresarios apuntan a una reducción de la carga impositiva, que representa más del 30% del precio final por litro de combustible.

Lo que viene: naftas y GNC, de la mano

Más allá de que quienes están en la actividad auguran que lo que sucede con el gasoil a mediano plazo también repercuta en las naftas más allá de que hay un mayor ritmo de refino en la destilería de Luján y por tanto disponibilidad holgada, aunque no descartan coletazos en el producto también. Pero advierten un cuadro preocupante para el gas ante la cercanía del invierno.

Es que los factores son parecidos, pero la brecha entre los precios internacionales y los locales se ensanchó demasiado rápido para una Argentina que tampoco se autoabastece y debe importar GNL para cubrir la demanda residencial y también a parte del parque automotor traccionado por GNC. El país paga los barcos gasíferos a razón de u$s 8,50 el millón de BTU del fluído, cuando la cotización internacional ya supera los u$s 40.

Para los empresarios, incluso la advertencia del secretario de Energía, Darío Martínez, con un pedido de fondos al ministro de Economía Martín Guzmán para poder afrontar las importaciones necesarias "es una alerta muy importante para el sector" frente a la crisis internacional.

Al respecto, Rodríguez detalló que "los contratos que tenemos con nuestros proveedores de gas están ligados a un porcentaje del precio de la nafta súper. Es decir, los incrementos que haya en el gas dependerán de esa variable, en parte por el tema inflacionario e impositivo. Y a los faltantes de gas de los productores que empiezan a percibirse en algunas redes de estaciones de servicio".

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