Mientras el FMI negocia con la Argentina, las presiones sobre el dólar no cesan y la sociedad muestra contradicciones entre lo que piensa y lo que votaria.
Los personeros de la novel derecha económica y política presionando en las paquetas oficinas del Norte para que los organismos financieros internacionales como el FMI o los bancos internacionales retiren su apoyo o financiamiento a la Argentina ( como lo denunció el Director argentino del Fondo Monetario Internacional, Sergio Chodos) no es una novedad y que estas “sugerencias” coincidan con un fortísima corrida contra el peso solo es "solo" una coincidencia. Eso sí planificada.
Lo sufrió Alfonsín con Cavallo, De la Rúa con los indeterminados mercados y algunos economistas que se seguían referenciando en Carlos Menem, Néstor Kirchner con López Murphy y Cristina con el propio Mauricio Macri.
La corrida en busca de los 500 pesos en el dólar blue seguido de cerca por los dólares bursátiles encendió las alarmas ya que una vez más no hay explicación macro que no sea otra que la política de desestabilización.
La emisión está en su mínima expresión, la caída del gasto público ronda ya el 30 por ciento por ciento interanual y las cotizaciones de todos los dólares desde principio de año crecieron por encima de inflación en algunos casos hasta más de 10 puntos.
La única variable que sigue en coma es la escasez de reservas del Central fogoneada por los agroexportadores que no retienen el cereal (algo que es perfectamente legal y poco reprochable) sino que también retienen ilegalmente la liquidación de operaciones de exportaciones ya concretadas.
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Sergio Massa sigue negociando con el FMI mientras ayer ordenó al Central intervenir fuertemente en los mercados del dólar a pesar de las reticencias del organismo internacional.
En las últimas horas la Aduana informó a las autoridades de Economía -y probablemente en las próximas horas presente una denuncia judicial al respecto- la existencia de un grupo exportadoras agropecuarias y ganaderas que retienen en el exterior 3700 millones de dólares sin ingresar al país violando las normativas vigentes. La lista de los posibles infractores, como si fuera un ironía del destino, esta encabezada por Diaz & Forti (que hoy opera las plantas de Vicentin) con mas de 600 millones de dólares seguida por la propia Vicentin con casi 100 millones dólares. Son las primeras dos de un listado de casi 30 agro exportadoras y pesqueras que retienen los 3700 millones de dólares ya exportados.
La decisión de atacar el peso va en línea con los ideas de mercado y medidas económicas que pondrían en marcha, de resultar ganadores, los candidatos presidenciales Javier Milei, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Desde la dolarización hasta una fuerte devaluación (programada o de hecho con el levantamiento de las restricciones cambiarias) han sido anunciadas por los precandidatos en sus apariciones públicas o privadas.
La respuesta a la corrida no parece ser económica sino política y la solución es precisamente política y el oficialismo con su desorden interno y su pluralidad de candidaturas y nombres poco ayuda a ordenar el desorden. Lo primero que debería hacer, para ordenar esta situación, es este mismo fin de semana definir claramente si Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa serán candidatos y sino quienes ocuparan esos lugares para poder confrontar claramente con los precandidatos ya instalados.
En medio de este desbarajuste político que estalla de lleno en la economía también es cierto que las contradicciones de la sociedad son profundas y generan también caldo de cultivo a estos cimbronazos e inestabilidad.
El informe de abril de la consultora Zuban-Córdoba analiza las posiciones de los ciudadanos argentinos respecto a ciertos temas de actualidad.
En ese apartado (poco difundido) el 70 por ciento esta en contra de privatizar Aerolíneas Argentinas e YPF, el 50 por ciento en contra de eliminar planes sociales y subsidios, el 84 por ciento se muestra contrario a privatizar la educación publica, el 62 por ciento rechaza la dolarización. el 76 por ciento asegura que se deben incrementar los controles de precios y el 50 por ciento considera necesario aumentar los impuestos a los sectores concentrados.
Sin embargo los espacios políticos que expresan todo lo contrario a estas premisas se quedan en conjunto con más de la mitad de los votos según el escenario de la misma encuesta al preguntar por la intención de voto.
Quizás no solo habría que reclamarle coherencia a los dirigentes sino también a la sociedad para poder ordenar de alguna manera lo que le reclaman a sus políticos.