Hay de todos los años, modelos y marcas entre los más de 23 mil autos que descansan en la playa San Agustín a la espera de que se defina su futuro.
Hay de todos los años, modelos y marcas entre los más de 23 mil autos que descansan en la playa San Agustín a la espera de que se defina su futuro.
En las 15 hectáreas que forman parte de la playa de Seguridad reposan los miles de vehículos, entre ellos motos, autos, camionetas y camiones, que por razones judiciales no están en manos de sus dueños. Dentro del total, 125 son de alta gama, cuyo valor supera los $100 mil.
Si bien días atrás tanto desde el ministerio de Seguridad y el Poder Judicial anunciaron la destrucción de unos 500 autos que tienen una antigüedad que supera los 30 años, la playa en estos momentos se encuentra colapsada y con el acceso restringido a nuevas unidades.
Autos robados, con deudas o utilizados para cometer ilícitos son algunas de las razones por las que se acumulan en el descampado ubicado frente a La Favorita y que obligaron a tomar una decisión. Por esto, se espera que antes de fin de año, se llame a licitación para que una empresa compactadora destruya viejas unidades.
Las empresas deben traer un vehículo que es el encargado de realizar el compactado. Primero, se debe sacar los vidrios, la goma y los líquidos de los autos y luego proceder a su destrucción, explicaron los especialistas, quienes estiman que el kilo de chatarra tiene un costo inferior de los $0.30.