En una semana que puede resultar clave en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mercado cambiario parece dispuesto a abandonar la calma del primer semestre. Así el dólar blue y el "contado con liqui" subían este lunes y se ubican arriba de $171, con lo que la brecha con el mayorista se ubica en 78,51%.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, delinea los detalles finales de su viaje a Italia, donde participará de la reunión del G-20 en la ciudad de Venecia. Allí tendrá un encuentro con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva. También se esperan contactos con funcionarios de Estados Unidos con el objetivo de avanzar haca el nuevo programa con el organismo.
Si bien celebraron el "puente de tiempo" obtenido con el Club de París, analistas y hasta un gigante de Wall Street estimaron que el Gobierno puede mantener cierta calma cambiaria hasta las elecciones, no descartaban una devaluación pasado ese momento.
Guzmán y otros funcionarios salieron a rechazar cualquier escenario devaluatorio del peso "ni ahora ni después de las elecciones. Sin embargo, el mensaje no calmó al mercado, que comenzó a presionar en los últimos días de junio, cuando el paralelo se posicionó en los mayores niveles en ocho meses.
Ahí se activaron las alarmas en la Casa Rosada, que buscó un plan de contingencia para frenar a los paralelos, con intervenciones del Banco Central sobre los financieros (el Bolsa y el CCL). Hubo reuniones también de las autoridades regulatorias con operadores bursátiles con el objetivo de quitarle volatilidad a esos segmentos.
Incluso, en el mercado se habla de un "techo" de $170 a las opciones paralelas para contener la presión sobre la cotización oficial y evitar perder reservas en el intento por frenar al dólar.