Nanclares defendió la "acordada de la discordia" y criticó a los jueces "patoteros"
La Suprema Corte de Justicia de Mendoza celebró este jueves la apertura del Año Judicial 2020. Durante el acto, el presidente del máximo tribunal, Jorge Nanclares, hizo un extenso diagnóstico sobre la actualidad del sistema judicial provincial y aprovechó para defender la polémica reforma que despertó críticas de los jueces civiles a la cual bautizó como "la acordada de la discordia".
El acto contó con la presencia del gobernador Rodolfo Suarez, el vicegobernador Mario Abed, el resto de los integrantes de la Corte y los ministros del gabinete provincial.
Este año, Nanclares optó por una nueva modalidad de presentación del estado del Poder Judicial y no dio un discurso sino que apostó a una conferencia respaldada visualmente por diapositivas. Allí exhibió un pormenorizado diagnóstico sobre la situación del sistema judicial mendocino con cifras y detalles.
Asimismo, el presidente del tribunal defendió enfáticamente la Acordada Nº 29.480 que dispuso el traslado de personal del fuero civil al fuero de familia y que despertó fuertes críticas de los gremios de judiciales y de los jueces civiles, quienes decidieron ausentarse este jueves del acto en forma de protesta.
Se refirió a la medida como "la acordada de la discordia" y dijo que "públicamente voy a defender la legitimidad de la acordada, tanto en sus formas como en su contenido sustancial". Sostuvo que en breve conocerán los detalles de su postura cuando conteste la acción de amparo que presentó la Asociación Gremial de Funcionarios para dejar sin efecto la acordada.
"Estamos convencidos de que eran medidas que la Corte estaba autorizada a disponer y que se podía hacer a través de la Sala Administrativa y específicamente el Código Procesal de Familia da autorización a la Corte para hacer este tipo de movimientos, sin perjuicio de que son facultades que reconoce la propia Constitución. No hemos cometido ninguna ilegalidad", resaltó el magistrado.
En tanto, hizo una autocrítica por "haber hecho emplazamientos en 24 horas" y por "no haber entablado un diálogo previo a la realización de la acordada". No obstante, indicó que ha ofrecido alternativas de diálogo y cuestionó a los detractores de la medida diciendo que han tenido una "actitud intemperante".
"Los jueces dicen que se pone en peligro la oralidad y yo entiendo exactamente lo contrario, se pone en peligro la oralidad y la oficina judicial si nos cuestionan facultades propias de la Constitución que son legítimas en su ejercicio", sentenció Nanclares.
En esta línea manifestó que "empatotarse y aplaudir en el cuarto piso no es una actitud de un juez", haciendo referencia a la protesta que se dio en el Palacio Judicial el día siguiente a la publicación de la acordada.
"Tenemos que rediseñar todo el Poder Judicial. Todos tenemos que cambiar y fundamentalmente los jueces tienen que asumir la función para la cual han estudiado y se han capacitado, que es resolver los conflictos judiciales. Los problemas administrativos y los problemas de personal son competencia exclusiva de la Corte", resaltó.
A su vez, consideró que "me parece una falta de respeto que jueces que tienen jerarquía inferior a los ministros de la Corte estén cuestionando la cantidad de personas que la Corte necesita para realizar adecuadamente su trabajo. Yo estoy predispuesto al diálogo. Es un tema de diálogo y no de patota".
En este contexto, este viernes los siete integrantes de la Suprema Corte de Justicia se reunirán en plenario para analizar "la acordada de la discordia" y definir la metodología de su aplicación.