En 2004 Mendoza registró la segunda recesión en los últimos seis años. Con una caída en el nivel de actividad del 3,8%, la retracción es mayor que la vivida a nivel país (-2,6%), según se desprende de la décima edición del Anuario de la Economía de Mendoza del Ieral de la Fundación Mediterránea, a cargo de los economistas Gustavo Reyes y Jorge Day.
La principal causa del por qué la provincia sufre una recesión mayor a la que vive el conjunto de la economía argentina se debe principalmente a que el peso del sector transable o exportador es considerablemente mayor en Mendoza que en el país. Y de ahí el por qué el llamado atraso cambiario afecta más a la provincia como economía regional que al país como un todo. La vitivinicultura es un claro ejemplo de ello.
En Mendoza el sector transable (la parte de la economía que vive de exportar) representa al 2014 el 34% del total del Producto Bruto Geográfico (PBG), cuando supo ocupar el 42% allá por el 2003 y 2004, cuando la provincia disfrutaba de las mieles de la devaluación y un tipo de cambio competitivo. Esta participación es considerablemente más alta que el poco más del 20% que tiene el sector transable a nivel país.
Esta particularidad de la economía de Mendoza es lo que explica las altas tasas de crecimiento económico registradas durante la primera década del Siglo XXI y una recesión mayor ahora como consecuencia principalmente del atraso cambiario. Mendoza como economía regional perdió un tipo de cambio competitivo como consecuencia de la alta inflación con un dólar jugando a ser un ancla sobre los precios más que una herramienta de promoción de las exportaciones, según explican los economistas Reyes y Day en su extenso informe.
La recesión evidenciada en 2014 fue producto de contracciones en la mayoría de los motores que influyen en la dinámica de la economía mendocina. Es por eso que Mendoza cayó en la segunda recesión en los últimos seis años.
Además de la evolución negativa del poder adquisitivo del salario, del empleo y de las exportaciones, el otro factor que incidió negativamente en el nivel de actividad en el 2014 fue el factor incertidumbre, explican desde el Ieral de la Fundación Mediterránea. El atraso cambiario, la alta inestabilidad cambiaria y la inflación con la entrada en default en el tercer trimestre del año repercutieron negativamente sobre las expectativas económicas generando intranquilidad en las decisiones económicas de muchas familias y empresas a lo largo del 2014, agudizando la recesión.
Entras las rezagadas
A nivel país, Mendoza también ocupa una posición relegada, ya que se encuentra junto con San Juan (afectada por la caída en la minería) como las dos provincias con mayor caída en el crecimiento durante el 2014.
Lo llamativo, advierte el informe de los economistas Reyes y Day, es que Mendoza haya tenido en 2014 una peor performance que la mayoría de las provincias argentinas. En ese sentido, jugaron en contra de Mendoza durante el año pasado una mala cosecha por culpa de las heladas, un Brasil estancada y con menor demanda de productos mendocinos, los precios del vino por el piso y una menor producción petrolera. También afectaron al consumo (castigando al rubro comercio) la incertidumbre, la pérdida de poder adquisitivo por la inflación y la inestabilidad cambiaria.