¿Quién estudia los movimientos sísmicos en Mendoza?
Existe un organismo que estudia los temblores en la provincia, aunque pocos lo conocen. ¿Qué zonas son más peligrosas para vivir? ¿Se puede predecir un terremoto?
Se mueve el piso. Los que tienen la fortuna de transitar esta tierra hace más años recuerdan los terremotos de 1985 o alguno de los otros movimientos telúricos fuertes y, los más creyentes, comienzan a rezar a Santo Patrono Santiago para que su enojo no sea fuerte y el temblor pase rápido. Los más jóvenes lo toman como una gracia, como un momento de recreación sin tomar real magnitud de la cólera que la tierra puede mostrarnos.
Tal vez en otros sitios del mundo, o en otras provincias de Argentina, una situación como esa es totalmente desconocida, pero en Mendoza no. En la provincia tiembla constantemente y se producen movimientos de importancia con periodicidad corta. Por eso es que la medición, estudio y análisis del movimiento del suelo es fundamental para la vida en el centro-oeste del país.
Sin embargo, como dice el viejo dicho, "en casa de herrero, cuchillo de palo". Es que en lo puramente estatal el Gobierno de Mendoza no cuenta con medición de sismos desde el año 2012, cuando la vieja estación sismológica cerró por la jubilación de su director. Oficialmente, el Inpres (Instituto Nacional de Prevención Sísmica), ubicado en San Juan, es el único organismo que mide los temblores. Sin embargo, si existe una institución que se dedica a estudiar los movimientos de la tierra bajo el ámbito de la Universidad Tecnológica Nacional: el CeReDeTec.
CeReDeTec significa Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, sismología y la Ingeniería Civil. Ahí, con tecnología de última generación, los técnicos especializados de la institución educativa compiten contra los más exclusivos aparatos de medición en la carrera por estudiar los movimientos telúricos. SITIO ANDINO recorrió el lugar y te cuenta cómo trabajan, qué recomendaciones le hacen a la sociedad y cómo contribuyen con su granito de arena a la seguridad de los mendocinos.
La vieja imagen de un puntero sobre un papel registrando el movimiento del suelo quedó para los museos. Es que, a pesar de lo que pueden creer los pesimistas, Mendoza cuenta con equipos de avanzada para el estudio de los sismos. Se trata de 8 acelerómetros de última tecnología y otros 17 un poco más viejitos (según la descripción de los especialistas), que están interconectados a una base de datos y logran medir la magnitud e intensidad de un temblor en cuestión de minutos. Así, según pudimos comprobar con un experimento en vivo, un leve movimiento en el aparato dispara un correo electrónico que reciben los técnicos con todos los datos necesarios para conocer la distancia al epicentro, entre otros datos.
Estos 25 aparatos se encuentran ubicados en distintos puntos del Gran Mendoza (en general grandes edificios, como los hoteles 5 estrellas o los shopping) y están intercomunicados por internet a la base de datos del CeReDeTec. En ese lugar, con la mano de obra especializada de los ingenieros civiles Noemí Maldonado, Francisco Calderón y Emilce Giolo, los números inentendibles para cualquier ciudadano se transforman a un lenguaje coloquial.
Sin embargo, los especialistas aclaran que si bien intentan medir la magnitud en escala de Richter, que después es utilizada por los medios de comunicación para cuantificar el sismo, su función principal es determinar la intensidad en escala de Mercalli, la cual es mucho más integral y útil para los organismos de seguridad. Es que la escala de Mercalli no sólo mide la fuerza del temblor, sino también las características del suelo en ese lugar, el tipo de construcción que ahí existe, la profundidad de las capas de la tierra, en fin, la posibilidad que tiene el movimiento de tierra de generar daños en objetos y personas.
Cuando el suelo se mueva de verdad a las autoridades no les va a interesar saber de qué magnitud fue el terremoto, sino qué zonas son las más afectadas por las características geológicas para saber dónde ayudar primero, explicó el ingeniero Calderón para justificar la forma en que trabaja el CeReDeTec.
En tanto, desde ese organismo también se quejaron por la inmediatez que persiguen los medios de comunicación a la hora de comunicar temblores, ya que eso generalmente se transforma en datos erróneos. Es imposible saber dónde fue un sismo con un aparato y en menos de 5 minutos, como siempre quiere vender un señor en televisión. En el último temblor fuerte, que fue en el límite entre Mendoza y San Luis, salió a decir por todos los canales que había sido en Chile. Tampoco se puede sólo comunicar la magnitud, porque un temblor de grado 6 a 400 kilómetros bajo tierra es menos destructivo que uno de grado 5 a 20 kilómetros, añadió la ingeniera Maldonado, que dirige el centro de investigaciones.
¿Qué zonas de Mendoza son las más peligrosas para vivir?
Con los datos recabados durante años por el CeReDeTec los especialistas han realizado un mapa tan simple como útil que permite saber en qué zonas de Mendoza es más peligroso vivir si de temblores se habla.
En él puede verse que el centro de la ciudad, la cuarta sección y amplias zonas de Las Heras están entre las más complicadas por las características del terreno y las fallas geológicas. Sin embargo, hay dos puntos que en los mapas figuran en rojo: Villa Marini (en Godoy Cruz) y El Borbollón (en Las Heras).
Cuando instalamos el acelerómetro en el hipermercado Libertad descubrimos que en ese lugar los temblores se sentían el doble de fuerte. Pensamos que se trataba de un error, pero llegamos a la conclusión de que tiene que ver con las características del terreno. No es casualidad que en el terremoto de 1985 esa zona fuera una de las más afectadas, explicaron.
¿Por qué en Estados Unidos se reduce el tiempo de medición de 30 minutos a unos pocos segundos?
Si temblara en estos momentos y usted mirara el reloj, debería contabilizar entre 30 y 40 minutos para tener certezas sobre cómo y dónde se desarrolló el movimiento telúrico, siempre que se utilice como fuente los lugares nacionales de medición.
Sin embargo, en sitios web de Estados Unidos la información se publica en pocos segundos, aunque el temblor se haya producido en Mendoza o cualquier otro punto distante a miles de kilómetros.
La tecnología que ellos tienen es del futuro. Tienen aparatos de medición en todo el mundo e interconectados. Es imposible competir contra eso. Sin embargo, a veces también se equivocan por apuro, aseveraron los especialistas.
¿Es posible predecir un terremoto?
No son pocas las noticias sobre nuevas tecnologías que permiten predecir cuándo se desarrollará un temblor. Lo cierto, según los ingenieros del CeReDeTec, es que esas publicaciones son inexactas. Es cierto, se puede, pero no le sirve a la ciudadanía, no salvará vidas, como mucho brinda 1 o 2 segundos de aviso, resaltó Calderón.
Según la explicación técnica, existen aparatos que miden las ondas de movimiento y logran captarlas antes de que el temblor llegue a la superficie desde el epicentro. Si el terremoto es lejos, ese sistema puede llegar a avisar con 15 o 20 segundos de anticipación. Pero si el terremoto es lejos no es destructivo, no sirve de nada saberlo. Cuando el terremoto es cerca las ondas llegan mucho más rápido y el tiempo de aviso es muy corto, la gente no llegaría ni a pararse de la silla, comentaron, para desazón de los que creían en la predicción de los movimientos telúricos.
La medición tiene un piso y un límite
Otros de los aspectos que comentaron los profesionales del CeReDeTec tiene que ver con el piso y el límite de la medición. El primero tiene que ver con la magnitud del movimiento, el segundo es puramente geográfico.
Así por un lado, por las características de los aparatos que utilizan en la UTN, los acelerómetros sólo pueden percibir sismos que superen los 3.8 grados en la escala de Richter. Esto significa que el movimiento de suelo tiene que "sentirse" para que llegue a ser captado. "Otras tecnologías captan sismos de 2 grados o menos, pero que son imposibles de percibir para los seres humanos", explican.
Por el otro lado, en cuanto a lo geográfico los especialistas explicaron que como todos los acelerómetros están ubicados en el Gran Mendoza, sólo pueden captarse y percibirse temblores de hasta 100 kilómetros a la redonda, aproximadamente. Así, lugares como San Rafael o el resto de los municipios del interior de la provincia están fuera del alcance de los sensores.
En convenio con el Gobierno
Si bien oficialmente el Gobierno de Mendoza no mide sismos ni los estudia, el CeReDeTec tiene un convenio de colaboración con el Estado. "Nosotros les brindamos información y ellos nos ayudan económicamente y con seguridad para los lugares donde están ubicados los acelerómetros, ya que tienen un valor superior a los 25.000 dólares cada uno", explicó Noemí Maldonado.
En tanto, desde la UTN también informaron que en Chile se han comprado cerca de 300 acelerómetros similares a los que ahí se utilizan y en pocos meses se firmará un convenio para utilizarlos mutuamente. Así, Mendoza tendrá mayores posibilidades de analizar los movimientos del suelo y el país vecino mejorará sus datos sobre los sismos en la cordillera de Los Andes.