Economías regionales en crisis

¿Por qué la vitivinicultura protestará en Vendimia?

La relación costos y precios hacen inviable la producción. El viticultor pierde plata si cosecha.

Por Federico Manrique

La fiesta mayor de los mendocinos, la Vendimia, será epicentro de los reclamos de los productores frente a lo que se presenta como la peor crisis vitivinícola de los últimos 30 años. Por primera vez en muchos años el sector enfrenta una crisis de excedentes vínicos que deprime los precios en un contexto de caída en la demanda de vinos, tanto a nivel interno como externo, alta inflación, presión impositiva creciente y persistencia de regímenes de retenciones a las exportaciones.

Acovi toma por metodología de análisis de costos un esquema de producción las uvas genéricas, para un productor que es propietario de su tierra (en este caso una finca de 15 hectáreas), dueño de la maquinaria que usa y monotributista.

Bajo este esquema base de producción y teniendo en cuenta que a febrero de 2015 el litro de vino blanco genérico se vendió a $1,93, una finca de 15 hectáreas puede producir ingresos por $287.017 con una cosecha anual como es la vid. Pero la misma unidad de producción debe enfrentar costos totales, incluido el pago de impuestos, de $594.832 sin amortización de capital y de $628.205 con amortización de capital.

Esto marca para el productor de uvas con destino a vino blanco genérico una pérdida de $307.815 o de $341.188 si es con amortización de capital. Esto es una pérdida por hectárea de entre $20.521 a $22.745 al año.

Para cubrir los costos es necesario entonces producir más quintales de uva por hectárea (entre 438 a 515 quintales) o bien vender más caro el vino blanco genérico, esto es a entre $4,25 a $4,99 por litro.

Con el vino tinto genérico pasa algo similar. Teniendo en cuenta que a febrero de 2015 el litro de vino tinto genérico se vendió a $2,60, una finca de 15 hectáreas puede producir ingresos totales por $280.573. Pero debe enfrentar costos totales, incluido el pago de impuestos, por $560.083 sin amortización de capital y de $593.456 con amortización de capital a lo largo de un año de trabajo.

Esto marca para el productor de uvas con destino a vino tinto genérico una pérdida de $278.501 o de $311.874 si es con amortización de capital o no. Esto es una pérdida por hectárea de entre $18.566 a $20.791.

En el caso del tinto genérico, para cubrir los costos habría que elevar la producción a 299 o 352 quintales por hectárea o vender más caro el vino, esto es a $5,04 o $5,93 el litro, dependiendo si se amortiza o no capital.

Lo más significativo, es que del total de costos que paga un productor, en el caso del vino blanco genérico el 53% es mano de obra (salarios en blanco con aportes y aguinaldo), el 19% combustible y mantenimiento de la maquinaria y 17% insumos básicos para la producción. En el caso del tinto genérico, el 51% es mano de obra en blanco, 18% insumos y 20% combustible y mantenimiento, informa Acovi.

Ayuda que no suma

Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi y vicepresidente de Coninagro, alertó sobre la difícil situación que atraviesa el productor, el atraso en la cosecha y la ayuda que no llega.

“En relación a los excedentes vínicos estamos muy mal. No se avanzó en nada concreto y se insiste desde el Gobierno con la exportación y el aporte de un subsidio que no alcanza a compensar los precios internacionales. El aporte de $0,75 por litro de vino para exportar no alcanza para competir en el mercado internacional”, admite Iannizzotto, antes de señalar que esto explica por qué pese a los anuncios el precio del vino sigue planchado y no casi hay operaciones.

“Muchas bodegas no están funcionando. Sólo están operativas unas 500 bodegas de 900 inscriptas el año pasado”, afirma el dirigente de Acovi, para quien “hay un marco de conflicto muy serio. Desde el año pasado estamos advirtiendo de esta situación y no hay respuestas efectivas”.

Para colmo están las paritarias, donde los obreros de viña y bodega están pidiendo aumentos del orden del 38%, que son inviables en las actuales condiciones pero legítimos en relación al impacto de la inflación sobre los salarios.

Desde la entidad reconocen que se ha empezado con los registros para la tramitación de créditos para cosecha y acarreo y subsidios de $4.000 para productores con hasta 5 hectáreas, pero hasta ahora no se implementó, el dinero no llega ni soluciona la situación macro.

“Necesitamos políticas activas del Estado para promocionar las exportaciones de las economías regionales. Si no varía la política macro no hay salida”, admite Iannizzotto, quien informó que desde Acovi y el movimiento cooperativo están ayudando a los productores a gestionar créditos para que puedan cosechar.

Se está ayudando al productor integrado y armando carpetas para gestionar créditos en el FTyC para que puedan cosechar.

Este panorama de crisis de excedentes, pérdidas monetarias importantes para el productor que cosecha, alto endeudamiento del vitivinicultor y riesgos de concentración de la actividad productiva es el que va a enfrentar a dirigentes y funcionarios del gobierno nacional y las provincias el sábado próximo en el desayuno de la Coviar.

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