En el mundo de la jardinería, no sólo buscamos plantas por su belleza o aroma, sino también por su versatilidad. Existen muchas plantas que, además de adornar nuestros espacios con sus flores, ofrecen flores comestibles que pueden dar un toque especial a ensaladas, postres o bebidas. Cultivar estas plantas no sólo embellece el jardín, sino que también aporta ingredientes frescos y únicos para tu cocina.
Las flores comestibles son una tendencia creciente en la gastronomía, y poder cultivarlas en casa es una experiencia gratificante. Algunas plantas destacan tanto por su facilidad de cultivo como por la belleza y sabor de sus flores. Cada una tiene características particulares, y todas pueden adaptarse a diferentes tipos de jardín. A continuación, te contamos cuáles son las mejores plantas para incorporar a tu jardín si querés disfrutar de flores deliciosas y saludables.
Jardinería: las tres mejores plantas con flores comestibles
Caléndula: color y sabor vibrante
La caléndula es una planta muy popular tanto en jardinería como en la cocina. Sus flores, de un vibrante color anaranjado o amarillo, tienen un ligero sabor picante, ideal para ensaladas o platos calientes. Son ricas en antioxidantes y también se utilizan para preparar infusiones. Esta planta se adapta muy bien al sol y sólo requiere riegos moderados. Es recomendable plantarla en suelos bien drenados y, si vivís en zonas frías, protegela de las heladas.
Capuchina: fresca y decorativa
La capuchina no sólo es una planta atractiva para tu jardín, sino que sus flores aportan un sabor fresco y ligeramente picante, similar al rábano. Es ideal para decorar platos y darles un toque de sabor inesperado. Sus colores van desde el amarillo hasta el rojo intenso, y la planta crece mejor en suelos pobres en nutrientes, lo que la hace ideal para principiantes. Recordá regarla de manera regular pero sin encharcar el suelo.
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Jardinería: las tres mejores plantas con flores comestibles
Lavanda: fragancia y sabor inconfundibles
La lavanda es conocida por su exquisito aroma, pero lo que pocos saben es que también sus flores son comestibles. Estas tienen un sabor floral dulce, con un toque ligeramente amargo, y son perfectas para infusiones, postres o para darle un toque especial a una limonada. La lavanda prefiere suelos bien drenados y a pleno sol, y es bastante resistente a la sequía, lo que la convierte en una planta de bajo mantenimiento.
Incorporar plantas con flores comestibles a tu jardín no sólo embellece el espacio, sino que también enriquece tu cocina con ingredientes frescos, naturales y llenos de sabor./Mundo deportivo.