En una época plagada de anuncios de inversión cuya concreción queda por verse, la industria petrolera y energética, basada en Vaca Muerta, no podía quedarse al margen.
YPF junto a Shell y otras compañías hicieron importantes anuncios de inversión para Vaca Muerta. El interrogante que flota es si se concretaran.
En una época plagada de anuncios de inversión cuya concreción queda por verse, la industria petrolera y energética, basada en Vaca Muerta, no podía quedarse al margen.
Las siete principales petroleras del país han firmado un acuerdo para desarrollar el proyecto de infraestructura Vaca Muerta Sur (Vmos), con una inversión inicial estimada en 3.000 millones de dólares.
En un mundo donde los anuncios suelen ser inflados, beneficiando las cotizaciones bursátiles y los posicionamientos políticos, la torre de la petrolera estatal en Puerto Madero fue el escenario de la firma del acuerdo, con la participación de ejecutivos de empresas energéticas como Horacio Marín, titular de YPF; Miguel Galuccio, expresidente de YPF y actual titular de Vista; Marcelo Mindlin, de Pampa Energía; y Germán Burmeister, de Shell.
El proyecto Vaca Muerta Sur se describe como "la obra de infraestructura de transporte de petróleo más importante de las últimas décadas". Este incluye la construcción de un oleoducto de 437 kilómetros que conectará la formación Vaca Muerta con una terminal de carga y descarga en Punta Colorada, Río Negro. Dicha terminal estará equipada con monoboyas y una playa de tanques para el almacenamiento de crudo. Se prevé que esta infraestructura esté operativa para el cuarto trimestre de 2026, con una capacidad inicial de transporte de 550.000 barriles diarios, expandible a 700.000 barriles para 2028.
No obstante, para que esto sea posible, se requieren otras obras de infraestructura, como caminos y un puerto, cuya inversión supera ampliamente la cifra anunciada. Nadie ha explicado aún quién financiará estas obras ni cómo se llevarán a cabo, considerando el retiro absoluto del Estado Nacional de la obra pública.
Las compañías involucradas, incluyendo YPF, Pan American Energy, Vista Energy, Pampa Energía, Chevron Argentina, Pluspetrol y Shell Argentina, han comprometido inicialmente 275.000 barriles diarios de capacidad. Además, Chevron, Pluspetrol y Shell cuentan con opciones para incrementar esta cifra en hasta 230.000 barriles diarios adicionales. El financiamiento del proyecto se estructurará con un 30% de aportes directos de las empresas, mientras que el 70% restante provendrá de préstamos locales e internacionales, que se gestionarán en 2025.
El anuncio es, sin dudas, el más relevante para el sector desde que se confirmó el retiro de Petronas del proyecto de GNL con YPF. Sin embargo, persisten numerosas dudas sobre cómo se obtendrá el financiamiento tanto para el oleoducto como para las obras complementarias, que aún no tienen responsables designados.
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Desde YPF se subraya que este desarrollo abrirá nuevas vías para la exportación de petróleo no convencional, anticipando ingresos anuales de hasta 15.000 millones de dólares, con proyecciones de superar los 20.000 millones con futuras expansiones. De concretarse en un plazo razonable, el proyecto se considera un paso estratégico para posicionar a Vaca Muerta como un polo energético mundial. Un informe reciente de PwC indica que Argentina podría alcanzar un superávit energético de 30.000 millones de dólares para 2030, lo que posicionaría al sector hidrocarburífero al nivel de la agroindustria en términos de generación de divisas. Sin embargo, pasar del papel a los hechos puede llevar años, a menudo muchos.
Además de la infraestructura principal, los anunciantes destacan que obras complementarias, como la ampliación del Gasoducto Perito Moreno, contribuirán a superar los cuellos de botella actuales en la evacuación del petróleo. La ubicación proyectada para el puerto de aguas profundas en Río Negro (aún sin proyecto concreto) promete reducir significativamente los costos logísticos, facilitando el acceso a mercados internacionales.
El proyecto Vaca Muerta Sur no solo representa una obra de infraestructura, sino también un compromiso del sector privado con el desarrollo económico y energético del país, marcando un hito en la competitividad de Argentina en el mercado energético global, según afirmaron los CEOs durante el anuncio.
Con este anuncio formalizado, queda esperar confirmaciones sobre los avances, el financiamiento de las obras y, especialmente, quién asumirá la responsabilidad de construir la infraestructura necesaria para que este multimillonario proyecto tenga sentido.
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