En una semana marcada por anuncios, que quedaron diluidos en el terremoto político de la confirmación de la condena a Cristina Fernández de Kirchner, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dio a conocer una serie de medidas que reconfiguran el funcionamiento de las billeteras virtuales, los fondos comunes de inversión (FCI) y, en consecuencia, el acceso al crédito y sobre todo el rendimiento del dinero en las billeteras.
La iniciativa se inscribe dentro del programa de estabilización monetaria lanzado por el Gobierno, con el objetivo de acumular reservas, ordenar los flujos de liquidez y reducir las distorsiones del sistema financiero, tal como contó Sitio Andino días atrás.
El núcleo del cambio radica en un aumento progresivo de los encajes —la porción de los depósitos que los bancos deben mantener inmovilizada— aplicado especialmente a los fondos comunes de inversión. Estos instrumentos, que en los últimos años se convirtieron en el eje de las billeteras digitales como Mercado Pago o Ualá, gozaban hasta ahora de un tratamiento regulatorio más laxo que el resto del sistema, lo que le permitía a las plataformas no bancarias mejorar sensiblemente sus rendimientos por sobre los plazos fijos bancarios y que los usuarios tuvieran libre y rápida disponibilidad de esos rendimientos.
Billeteras Virtuales vs bancos
Según detalló el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, durante la presentación en el streaming libertario Carajo, la modificación busca homogeneizar las exigencias de encaje entre depósitos tradicionales y aquellos provenientes de fondos comunes. Hasta el momento, los FCI estaban sujetos a un encaje del 20%, muy por debajo del que enfrentan los depósitos realizados por personas físicas o jurídicas en bancos tradicionales.
“El trato preferencial a los fondos comunes amplificó la volatilidad de los depósitos y distorsionó la competencia”, explicó Bausili. El funcionario remarcó que estas asimetrías en la regulación generaron un sistema de tasas distorsionadas y competencia desigual, especialmente en un escenario donde las billeteras virtuales se volvieron actores clave del circuito financiero cotidiano.
De esta manera, el Ejecutivo intenta mantener el equilibrio en la despiadada lucha desatada hace un par de años entre las billeteras y los bancos por el manejo de los ahorros y fondos de los usuarios.
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Los rendimientos de las billeteras virtuales verán afectados sus rendimientos a partir de los cambios del Central.
Impacto directo en las billeteras virtuales
El aumento del encaje para los FCI repercute de lleno en las plataformas digitales, que utilizan estos fondos para ofrecer rendimientos diarios a sus usuarios. Con una mayor porción de dinero inmovilizada, las apps pierden capacidad de generar altos retornos, lo que se traducirá en una baja en las tasas que pueden pagar al usuario final.
En términos simples: la plata rendirá menos en las apps que hasta ahora funcionaban casi como una cuenta remunerada. La decisión del BCRA encarece el instrumento de inversión sobre el cual se apalancaban estas billeteras para competir, y ganarle a los bancos tradicionales.
El trasfondo técnico y político
Durante una entrevista en el canal oficialista Carajo, Bausili explicó que el sistema bancario argentino “arrastraba décadas de regulaciones superpuestas” y que esta medida forma parte de una estrategia para simplificar el marco normativo y hacerlo más previsible. La intención es que las tasas reflejen los costos reales del sistema y que los instrumentos financieros compitan en condiciones más equitativas.
A su vez, Federico Furiase, director del BCRA, insistió en que el propósito no es castigar al ahorrista digital, sino abaratar el crédito para familias y empresas. “Puede parecer una medida técnica, pero apunta a reducir el costo financiero de toda la economía”, afirmó.
Riesgos y oportunidades para el sistema financiero
El nuevo esquema, sin embargo, no está exento de incertidumbres. Especialistas del sistema financiero advierten que los money market funds —los fondos de muy corto plazo que gestionan grandes volúmenes de depósitos— tendrán mayores dificultades para ofrecer rendimientos competitivos. Con encajes más altos, su margen operativo se reduce y, en consecuencia, también su capacidad de pagar tasas atractivas.
Desde entidades bancarias privadas y públicas reconocen que el impacto será doble: por un lado, caerán las tasas pasivas que perciben los ahorristas en plataformas digitales, y por el otro, podría haber una presión alcista sobre las tasas activas, aquellas que pagan las pymes y consumidores al solicitar financiamiento, lo contrario a lo que el Gobierno quiere que ocurra.
Qué se mantiene sin cambios
Es importante destacar que la medida no afecta a los plazos fijos tradicionales, ni a las cuentas de ahorro bancarias. La disposición se centra exclusivamente en los depósitos a la vista canalizados por medio de fondos comunes de inversión, utilizados como vehículo por las billeteras digitales para generar retornos automáticos.