La decisión del gobierno de incentivar las importaciones para combatir la inflación ha generado alarma en el sector industrial. Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), expresó su inquietud ante una posible "ola importadora" que podría impactar negativamente en el mercado local. El dirigente pidió "igualdad de condiciones" para competir, advirtiendo que la apertura indiscriminada podría perjudicar el proceso productivo.
Funes de Rioja destacó problemas estructurales que afectan la competitividad de las empresas nacionales, como la presión tributaria, la falta de infraestructura logística eficiente y los costos elevados. Según el dirigente, estas desventajas generan un desequilibrio frente a productos importados, especialmente aquellos provenientes de economías con condiciones más favorables, como China. Aunque afirmó no temer a la competencia, subrayó la necesidad de un "terreno de juego equilibrado".
La preocupación industrial surge tras los anuncios del gobierno sobre la reducción de impuestos para compras internacionales. Desde diciembre, los límites de importación a través de courier se incrementarán de 1.000 a 3.000 dólares, mientras que los primeros 400 dólares estarán exentos de aranceles. Según el ministro de Economía, Luis Caputo, estas medidas buscan ofrecer precios más competitivos y facilitar el acceso a productos en vísperas de las fiestas.
Llamado a la reactivación microeconómica
A pesar de reconocer avances en la estabilización macroeconómica, Funes de Rioja cuestionó la falta de impacto en el ámbito micro. Señaló que costos fiscales como Ingresos Brutos y tasas municipales encarecen los productos en un 50% desde la fábrica al mostrador. Aunque el gobierno asegura que la recesión ha terminado, el dirigente enfatizó la necesidad de acciones concretas para impulsar el consumo masivo, la industria y las pymes, especialmente en un año marcado por la contracción económica.