Vistacruz, departamentos alta gama
La firma de capitales españoles Adlanto The Asset Management Company, inauguró su complejo Vistacruz, ubicado sobre Ruta Panamericana de Godoy Cruz. Un proyecto con una inversión de u$d 12 millones detrás.
"Se trata del primero de un total de cinco edificios contemplados en el Masterplan, que está en desarrollo y se concretará en su totalidad en los próximos años", cuenta Roberto Oehler, responsable en Mendoza de Adlanto, heredero de Salvago, que se hizo fuerte hace más de una década en la provincia con la contrucción de El Torreón, en Maipú.
El edificio tiene servicios propios de un lugar de residencia de alta gama: 57 departamentos distribuidos en 15 plantas, que incluyen dos subsuelos, con laundry y cavas para guarda de vinos. Junto a la planta baja, 11 pisos están ocupados con los departamentos, y ocupa parte de los 7.000 m2 rodeados de espacios verdes.
El complejo incluye un gimnasio y un Salón de Usos Múltiples (SUM), dividido en tres espacios, con capacidad para más de 75 personas, dotado de churrasquera, cocina, parrilla y baños, y una piscina de 15 metros con solarium. Y también 170 plazas de estacionamiento subterráneo para los propietarios, divididas en dos subsuelos, junto a 50 plazas para visitantes, ubicadas dentro del complejo y protegidas por su sistema de seguridad propio.
Los departamentos del primer Vistacruz se vendieron en su totalidad. Según comenta Oehler "más de la mitad están habitados, y ya hay varias reventas y alquileres".
Ahora, el proyecto avanza con su segundo edificio a partir del esquema de construcción en pozo. Aunque recién va por el 2do piso, el nivel de respuesta entusiasma a los responsables de Adlanto: ya está vendido en un 65%.
Cuando terminen de construirse las otras 4 torres, el presupuesto habrá completado u$d 60 millones. Claro que la coyuntura económico-financiera obliga a ajustar el comando luego de la devaluación.
"Si bien es prematuro hacer un balance del efecto, pero en cuanto a precios de materiales impactó fuerte. Sin embargo no hemos modificado los precios, sí hubo ajustes en la forma de pago", reconoce el ejecutivo.
El hotel que faltaba
Con acuerdo cerrado, faltaba cortar cintas y empezar a operar. La cadena Hilton, que había empezado su desembarco en Mendoza con el balotaje presidencial que consagró presidente a Milei, finalmente se hizo cargo el jueves 14 de su nuevo eslabón.
En realidad, se trata de una concesión por 10 años de lo que fuera el hotel Intercontinental en Guaymallén. Dos torres que venían de más de un año bajo management de su dueño, el grupo argentino KLP propiedad de Rafael Garfunkel, que cambia de nombre: desde ahora es el Hilton Mendoza.
Para la inauguración estuvieron los popes de KLP como anfitriones de autoridades de Hilton, que se mostraron conformes con la "conversión" del edificio a los estándares internacionales de la cadena. Y confirmaron que la inversión, aunque sin dar números, seguirá durante los próximos 2 años.
"Ya estamos online en todos los canales de distribución de Hilton a nivel mundial, tanto a través de su sitio web como vía agencias de turismo tradicionales y que están online. Y como parte del lanzamiento, los beneficiarios de la membresía Hilton Honors que se alojan en hoteles de la cadena en todo el mundo van a poder duplicar puntos por su estadía en Mendoza", explica el gerente comercial Diego Viñolo.
Según Viñolo, con este paso se aceleran la gestión con la toma de reservas para la Fiesta de la Vendimia. Y si bien la cadena estadounidense es celosa de los números de inversión, admiten que el inicio formal de las operaciones los obliga a adaptarse a la difícil coyuntura económica actual de Argentina.
"Estimamos que habrá un sinceramiento de tarifas en dólares, esto es, una baja del costo en pesos a raíz de la devaluación", proyecta el responsable de ventas del nuevo Hilton.
Una clínica de ojos "boutique"
Otra apuesta al segmento de la población de alto poder adquisitivo, en parte también de la mano del turismo, que de algún modo confirma como empieza a reorientarse el negocio de la medicina privada a tono con la economía que viene.
Dos profesionales y socios, Adriana Lotfi y Juan Carlos Grandín, pusieron en marcha esta semana GEOF (Grupo de Especialistas Oftalmológicos), una clínica que ocupa 800 m2 dentro de Palmares Valley, en pleno pedemonte de Luján. La inversión superó el u$d 1 millón, sin contar con equipamiento importado de última tecnología.
Con la "escuela" del Instituto Zaldívar, donde trabajaron 20 años como responsables del área de transplante de córneas, Lotfi y Grandín hablan del bienestar del paciente, de una medicina "humanizada" que incluye contención psicológica y hasta música para el relax antes de cada cirugía, de la mano de la tecnología como el diferencial de GEOF.
Un centro integral que atiende todo tipo de patologías: cataratas, glaucoma, mácula, cirugía refractiva, y el micro transplante de córnea para el tratamiento del queratocono, de la que son pioneros en Argentina.
"Somos innovadores en el tratamiento de distintas enfermedades. En general, apostamos a tratar pocas prepagas, el 80% es atención particular porque brindamos un servicio diferencial, que es lo que los pacientes valoran y por eso recibimos a gente de distintos lugares para operarse de cataratas o para implante de lentes intraoculares", dice Lotfi respecto al conocido "turismo médico".
De hecho, la cartera de pacientes de GEOF ya arrancó con visitantes de Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Perú.
Por eso, Lotfi no duda al definir la oferta de servicios como de "oftalmología boutique". Y lo argumenta.
"Al paciente le explicamos que si hacemos una cirugía a través de obra social sería usar insumos de no muy buena calidad, y no queremos arriesgarnos a eso. Cuando apostamos a la calidad, se valora mucho, sobre todo en una provincia con estructuras como PAMI u Osep que están tan manoseados en cuanto a las prestaciones. Por eso estamos convencidos de este camino, se ve en los resultados".