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En General Alvear, las estrategias de reciclaje de la comuna llegan a escuelas, empresas, hospitales, comercios y, por supuesto, la vía pública.
Foto: Prensa General Alvear
En la misma línea, Cristina Vázquez, jefa del Departamento de Fiscalización y Gestión de Residuos de la Ciudad de Mendoza, sostuvo que “las principales barreras son culturales: durante décadas nos acostumbramos a sacar la bolsa sin pensar en lo que había dentro. Cambiar esa lógica requiere tiempo y un cambio de hábitos, como separar en origen y disponer correctamente los reciclables”.
A la falta de conciencia se suma la comodidad. En Luján de Cuyo, Jorge Gisbert, licenciado en Ciencias Ambientales y sub-director de Planificación Ambiental de la municipalidad, explicó que “el hábito de tirar toda la basura en un mismo recipiente está muy arraigado. Separar requiere un cambio de rutina, espacio físico en el hogar y un esfuerzo cognitivo para saber qué va en cada categoría”.
La desconfianza sobre el destino final
Otro de los factores que desalienta a los vecinos es la desconfianza respecto al destino de los materiales reciclables. Gisbert lo describió como una “contaminación de la cadena”: “Muchos vecinos expresan desconfianza porque, tras separar meticulosamente sus residuos, ven que el camión de basura lo mezcla todo. Esto genera la percepción de que el esfuerzo individual es inútil y desincentiva la práctica”.
Este punto también fue mencionado por Vázquez en la Ciudad de Mendoza, quien subrayó la importancia de dar “trazabilidad a los materiales” para demostrar que lo separado efectivamente vuelve al circuito productivo.
El problema del desconocimiento
La falta de información clara y accesible es otro límite. Según Gisbert, persisten dudas frecuentes: “¿Los tetrabricks van con plásticos o cartón? ¿Qué hago con un vaso de vidrio roto? ¿Los envoltorios de snacks se reciclan?”.
Desde Lavalle, la directora de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Nancy Griffone, coincidió: “Las personas no son capaces aún de dimensionar la cantidad de residuos que generamos al día en cada uno de nuestros hogares, y lo que éstos se reducen si hacemos al menos una mínima separación”.
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Campaña de reciclaje de la Municipalidad de Luján de Cuyo.
Foto: Prensa Luján de Cuyo.
¿Cuesta implementar políticas de separación en Mendoza?
Los municipios admiten que sí, y que la dificultad no es solo cultural, sino también logística y económica. En Guaymallén, Juan Correa, director de Ambiente y Energía, explicó que “una política de separación de residuos merece tener un buen diseño, no es solo comunicación, sino tener las etapas operativas para realizar la recolección diferenciada y además tener las plantas de procesamiento de esos materiales”.
En el caso de Luján de Cuyo, Gisbert agregó que “se necesita una flota de camiones para la recolección diferenciada, centros de clasificación y personal capacitado. La inversión inicial es alta y el mantenimiento del sistema también”.
Desde Lavalle, Griffone marcó otra dificultad: “Un porcentaje altísimo de nuestra población aún no cuenta con sistemas regulares de recolección de residuos, al igual que los gobiernos locales y provinciales aún no logramos resolver el tema de la disposición final. Querer incluir sistemas de separación en poblaciones que no tienen siquiera recolección se vuelve absurdo”.
Pedidos de información de los vecinos
Pese a las dificultades, los funcionarios coinciden en que los vecinos muestran interés creciente. En el caso de General Alvear, Rabanal hay pedidos de vecinos, principalmente desde las escuelas, de charlas sobre separación de residuos. Algunos negocios también solicitan información.
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Campaña de reciclaje en Maipú Municipio. En el Gran Mendoza, Godoy Cruz también realiza estrategias de cuidado del medio ambiente.
Foto: Prensa Maipú Municipio.
En Luján de Cuyo, Gisbert detalló que las consultas se manifiestan en la Dirección de Sustentabilidad del Municipio, en redes sociales y a través de ONGs: “Esto es una señal positiva de que existe interés y preocupación ciudadana”.
Por su parte, Vázquez remarcó que en la Ciudad de Mendoza “hoy recibimos consultas sobre corrientes de residuos que antes no aparecían, como blísters de medicamentos o los RAEEs (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos). Esto confirma que la demanda social está creciendo”.
Estrategias y programas municipales
Los departamentos de la provincia de Mendoza buscan incentivar la separación en origen con diferentes iniciativas:
En General Alvear, destacan el programa “Separar para reciclar”, la instalación de 13 puntos limpios y campañas como “Alvear Más Limpio”, que premia a las escuelas que más residuos recuperan. En 2023 se recuperaron cerca de 44.000 kilos entre reciclables y neumáticos fuera de uso.
En Luján de Cuyo, funcionan unos 60 puntos verdes operados por la cooperativa “La Fortaleza de Mi Tierra”. Además, existen programas educativos en escuelas y campañas de recolección de residuos especiales como RAEEs, pilas y aceite vegetal usado.
En Guaymallén, el programa “Reciclaje Inclusivo” cuenta con 70 recuperadores urbanos en dos cooperativas, 120 contenedores exclusivos, 13 puntos verdes y 90 rutas de recolección diferenciada. Se reciclan 110 toneladas por mes, con la participación de más de 100.000 habitantes.
En Ciudad de Mendoza, se implementan programas como Grandes Generadores Sostenibles, certificaciones ambientales a hoteles y comercios, y la gestión diferenciada de corrientes como pilas, neumáticos y papel.
En Lavalle, el municipio impulsa su propio Centro Verde, sumado a campañas de “Ecocanje” donde se intercambian residuos por plantas o productos reciclados.
En San Rafael, el programa municipal de separación de residuos en origen funciona desde 2018 y alcanza a unas 15.500 familias. Además, instalaron 20 estaciones ecológicas para residuos reciclables y peligrosos.
En el Valle de Uco, COINCE busca dar "una solución integral para la gestión de sus residuos, articulando los distintos actores involucrados, dando cumplimiento a la normativa existente en busca de mejorar el saneamiento ambiental y a la protección de los recursos naturales".
Recientemente, la comuna de Junín recibió reconocimiento nacional como referente nacional en gestión ambiental y economía circular, al recibir el Premio Argentina Economía Circular.
Estos son solo algunos ejemplos de las estrategias que implementan las comunas, pero las iniciativas se extienden a lo largo y ancho de toda la provincia.
Entre lo cultural y lo estructural
El consenso entre los funcionarios es que el cambio debe darse en dos planos: hábitos ciudadanos y estructura estatal. Para Rabanal, la clave es la continuidad: “Tenemos mejores resultados cuando se muestra los beneficios que tiene para el departamento y para la ciudad separar los residuos. Cuando el resultado se ve, el vecino se compromete mucho más”.
Para Vázquez, el desafío es que la separación deje de ser un acto voluntario: “Trabajamos para que se convierta en una responsabilidad ciudadana. Para eso tenemos legislación local, sanciones y alianzas con cooperativas”.
Gisbert advierte que no alcanza con los programas: “Sin un cambio de hábitos en la población, la mejor infraestructura puede quedar subutilizada. La educación debe ser constante y masiva”.
La separación de residuos en Mendoza enfrenta obstáculos culturales, logísticos y económicos, pero los municipios coinciden en que la demanda social está en aumento y que las estrategias locales están empezando a dar resultados. El desafío, aseguran, es sostener programas, dar transparencia al destino de lo reciclado y reforzar la educación ambiental, para que lo que hoy es un esfuerzo minoritario se convierta en un hábito social consolidado.