los estudiantes deben ser el foco

Chicos sin clases: las responsabilidades son compartidas

En lo que va del año se perdieron 5 días de clases por paro del Sute, pero se suman otras pérdidas por responsabilidades del Gobierno y de los propios padres.

En los últimos días, en medio del conflicto entre el Gobierno y el Sute, desde la Dirección General de Escuelas se mostró a los estudiantes como "rehenes" de los docentes que no garantizan el dictado de clases por adherirse a las medidas de fuerza impulsadas por el sindicato de los trabajadores de la educación y se llamó a los padres a llevar a sus hijos a las escuelas. Si bien es cierto que el daño de estas medidas sobre los estudiantes es innegable, también es cierto que no solo las medidas de fuerza son las que le quitan días de clases a los chicos. Incluso, muchos estudiantes de muchas escuelas mendocinas han perdido más de cinco jornadas por distintas situaciones coyunturales que son exclusiva responsabilidad del gobierno escolar. Los padres también aportan su cuota.

Lo que está claro es la necesidad de que el chico esté en el aula, aprendiendo, socializando, superando las dificultades que trajo la pandemia en materia de educación.

Cinco días de paro, con la amenaza de otros cuatro, es muchísimos en términos cuantitativos y cualitativos. Pero a esos días deben sumarse los otros, los que no se exponen con tanto énfasis en los medios de comunicación, pero son días perdidos también. No se puede pasar por alto que muchos estudiantes han sufrido en sus escuelas el no dictado de clases por falta de agua, falta de calefacción en días de bajas temperaturas, demás problemas de infraestructura y hasta problemas de inseguridad. Obviamente no se puede generalizar, ni sacar un promedio porque es una realidad que afecta de distinta manera a cada establecimiento. Al final del año cada director hará el balance.

A eso le sumamos los días que se pierden por jornadas, por suspensión de clases por viento Zonda, feriados, etc. No se cuestionan, pero suman.

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La meta de los 190 días de clases no se cumplirá este año.

La meta de los 190 días de clases no se cumplirá este año.

Hasta aquí vemos que hay responsabilidades compartidas entre Sute y Gobierno por la pérdida de días de clases, aclarando que las medidas de fuerza del sindicato corresponden a este 2022 ya que desde hace años no llevaban a cabo paros. Pero, también debemos sumar entre los responsables del ausentismo estudiantil a muchos padres (sin generalizar, por supuesto ya que muchas veces la situación excede las posibilidades que tiene cada familia de priorizar la escolaridad) porque los datos así lo evidencian: en Mendoza el mayor ausentismo se registra en el nivel primario, casi 120 horas de clases se pierden por faltas de los estudiantes en el año escolar.

De acuerdo a los datos que brinda el sistema GEM, se puede verificar que en escuelas marginales es mayor que en las escuelas urbanas y rurales, y donde las familias tienen mayores desventajas económicas y sociales también hay un registro más alto de ausentismo estudiantil.

Otro dato que sobresale es que se registra el mayor ausentismo los días viernes, en los días previos a las vacaciones de invierno y en los días previos a los feriados.

Así, queda la meta de los 190 días de clases que se propuso Mendoza resulta difícil de alcanzar. Y no se puede echar culpas a un solo sector. Los que si se puede -y se debe- hacer es buscar soluciones de fondo.

Precisamente, este viernes estuvieron en Mendoza representantes del Banco Mundial para presentar el análisis que realizó: "Gestión de la evidencia en alfabetización post-pandemia: La experiencia de Mendoza, Argentina", en la que destacó la realización del censo de fluidez lectora, cuyos resultados demostraron el efecto negativo del aislamiento en este aspecto.

Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina y el Caribe la tasa de asistencia escolar de estudiantes de entre 6 y 23 años disminuyó 1,7 puntos porcentuales.

El ausentismo escolar es una problemática, reconoce la propia Dirección General de Escuelas. "La preocupación sobre este tema se ve reflejada en el trabajo en conjunto que se viene realizando con organismos y especialistas internacionales", destacan.

Un informe del Banco Mundial indica que, como resultado de la peor crisis de la educación y el aprendizaje de la que se tenga registro en la historia, la pobreza de aprendizajes se incrementó un tercio en los países de ingreso bajo y mediano, donde se estima que 70 % de los niños de 10 años no pueden comprender un texto simple.

Como lo indica la organización Argentinos por la Educación, los estudios internacionales señalan que la ausencia de presencialidad en las escuelas tiene como consecuencia el incremento de la desigualdad social, la pérdida de aprendizajes y graves consecuencias en la salud emocional y física de los estudiantes.

"Desde ya sabemos que no se va a poder cumplir la meta de días de clases de este año", advirtió Alejandro Castro Santander, psicopedagogo y Licenciado en Gestión Educativa, director General del Observatorio de la Convivencia Escolar. El referente en temas educativos fue claro: "El tiempo es condicionante del aprendizaje, pero no de la calidad".

Con esto, apunta a la necesidad de "mejorar la calidad educativa para que cada hora tenga su provecho". Sin embargo, destacó que "los días de clases perdidos impactan en el aprendizaje de los chicos porque afecta el tiempo que se tiene para cumplir con el programa establecido". Por eso, insiste en la necesidad de "no correr con el programa y priorizar el aprendizaje de los saberes básicos", sobre todo después de lo que evidenció la pandemia.

"El tiempo perdido no se recupera. Si el docente quiere recuperar saca tiempo para lo que viene, y después se va avanzando a la carrera, pero eso no garantiza el aprendizaje. Hay un tiempo que hay que respetar. Por eso, el desafío está en cómo se gestiona el tiempo y cada uno de los factores que influyen en el aprendizaje", sostuvo.

"Los docentes tienen que aplicar la creatividad para compensar lo que se perdió", insistió Castro Santander.

Para el especialista, una de los factores más graves es el ausentismo de los estudiantes por cuestiones familiares. "Muchos chicos faltan porque las familias aprovechan para irse de viaje fuera del receso, eso es algo que se ve mucho y preocupa", destacó.

"Cuando analizamos estos casi dos años en los que no hubo presencialidad vemos una pérdida de aprendizajes significativa. Hay chicos que aprendieron un tercio de lo que se fijó como meta. Quedó claro que el cara a cara con el docente no se reemplaza por un dispositivo", evaluó.

Volviendo al tema exclusivo de la pérdida de días de clases, por el motivo que fuera, Castro Santander explicó que tiene una afectación directa.

Perder el flujo de clases, la rutina, impacta directamente. Este fenómeno se llama ´curva del olvido´, y se ve principalmente cuando los chicos vuelven de las vacaciones, que parece que hubiesen tenido amnesia. Esto hay que tenerlo en cuenta, las discontinuidades afectan porque se cortan los procesos y cuesta retomarlos. Perder el flujo de clases, la rutina, impacta directamente. Este fenómeno se llama ´curva del olvido´, y se ve principalmente cuando los chicos vuelven de las vacaciones, que parece que hubiesen tenido amnesia. Esto hay que tenerlo en cuenta, las discontinuidades afectan porque se cortan los procesos y cuesta retomarlos.

Y respecto a las medidas de fuerza, destacó que se produce un "choque de derechos: entre el de la educación y el de huelga". "Creo que hay una deuda desde las políticas públicas con la educación desde hace décadas y a esto se suma ahora el tema inflacionario que nos impacta a todos. Al principio las familias apoyan a los docentes en su lucha, pero cuando esto continúa se va produciendo una pérdida de apoyo, van apareciendo conflictos entre los propios docentes porque algunos quieren mantenerse en la lucha y otros no lo pueden hacer porque los descuentos son grandes y es ahí donde aparecen las tensiones", reflexionó.

Y agregó: "Se va produciendo un cambio de clima y esto es un factor clave en la calidad educativa. El mal humor, la tristeza, la frustración, o cómo el docente exprese esta situación, afecta directamente".

Padres, docentes y gobierno deben garantizar que los chicos estén en las aulas, aprendiendo, en un contacto con el docente que es irremplazable. La pérdida de clases pega de lleno en la calidad de los aprendizajes y eso tiene un impacto sobre el futuro que no se puede desatender. Las soluciones tienen que llegar hoy.

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